En la comparecencia previa al partido de Copa de mañana ante el Athletic, Juan Carlos Garrido ha provocado otro incendio en el Betis. Ha cuestionado sin tapujos el trabajo del club para reforzar el equipo, e incluso ha considerado que la inestabilidad que vive la entidad está afectando muy negativamente a la plantilla.
"Pasan demasiadas cosas alrededor del equipo, esta inestabilidad no favorece al trabajo que se realiza. Tuve un primer interlocutor en Vlada Stosic, con el que tenía una línea correcta de trabajo, después de que lo echaran empecé a trabajar más con Bosch. Me pareció muy correcta y ejecutiva su gestión y ahora es Miguel Guillén. Me he reunido varias veces, son personas correctas y educadas, hay un respeto pero al final por desgracia son tres jefes en el último mes y no favorece la estabilidad en el trabajo".
"Tenemos los jugadores amenazados por ver a quién vamos a tirar, y ahora de los fichajes no me creo nada. No veo que las propuestas que hemos hecho hayan salido. Por mi parte, mi intención es que estos que estamos aquí nos unamos más y los que somos somos. Los que podían venir o eran imposibles o por dinero no era posible. Cuando vine había un compromiso de fichar a cuatro o cinco jugadores. Al final ninguno de ellos y cada cual hará su interpretación".
Siguió sumando ingredientes a su exposición y aseguró que no piensa dimitir: "quiero trabajar en el Betis y dar lo máximo hasta que pueda, es lo que voy a hacer. Me hubiese gustado desde el día 28 tener la plantilla cerrada fuese la que fuese y trabajar. La gente se está moviendo y trabajando y no ha salido por desgracia nada, sin echar la culpa nadie. Nosa y Perquis son nuestros fichajes de invierno y trabajaremos para que den su mejor nivel para dar una mejor cara."
El valenciano negó que le haya quitado atribuciones en los fichajes, y desveló la reunión que mantuvo ayer con Miguel Guillén, en la que el presidente le confirmó que no harán operaciones que supongan traspasos de futbolistas y firmarlos por varias temporadas.
"Desde que llegué aquí la línea de trabajo es la misma, ellos me consultan los nombres que tenían encima de la mesa ofrecidos por agentes o por la secretaría técnica y siempre he dado mi opinión. Lo que tenía pactado es que el equipo se iba a reforzar en función del dinero, tres, cuatro o cinco jugadores. Hemos tenido muchas reuniones en las que abiertamente todos hemos dicho lo que pensamos por este o aquel jugador. A día de hoy este mes por desgracia no ha valido para nada", reiteró.
"La idea siempre era traer jugadores cedidos que como mucho se le pagara al club del que procede una cantidad y un salario al futbolista. Pero en este proceso, al final los clubes querían una compra, y esas no son las condiciones que quiere el Betis. Han salido nombres pero también otros muchos que no se han podido hacer. Casi ninguno puede entrar en esas condiciones. No espero más, no quiero esperar más, no dudo de nadie, es que si no puede ser, cada uno elige. Mientras esté aquí trabajaré al máximo con lo que tengo".
"Soy entrenador y es lo que quiero ser, no director deportivo. Creo que probablemente las opciones ahora son jugadores de fuera de la liga que no estén jugando, de la lista ninguno ha salido. Lo más grave es la inestabilidad que ha provocado en la plantilla".
Fue cuestionado sobre si viendo el panorama, hubiese preferido no venir al Betis. "Un entrenador analiza el aspecto deportivo, los jugadores que hay, hay jugadores que pueden dar y han dado antes un nivel mas alto pero por desgracia constantemente se abren nuevos frentes y debo saber aislarme y conseguir de una vez por todas un equipo, que se sepan abstraer los jugadores y sacar más rendimiento, empezando por mí mismo".
