Cultura

Gibson: «Si gobierna Arenas en Andalucía, adiós a la Memoria Histórica»

El hispanista irlandés acaba de publicar ‘La fosa de Lorca’, un diario de los días de 2009 en que se realizó una infructuosa excavación en busca de los restos del poeta granadino

el 05 nov 2010 / 21:28 h.

Rubén Castro celebra un gol ante el Rayo Vallecano.
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-La gran pregunta sigue en el aire. ¿Dónde está Federico?

-Muy cerca, creo yo. Podría equivocarme, naturalmente. La excavación no se preparó bien, pero el enterrador [Manuel Castilla Blanco] es el enterrador. Fui con él, estuvimos allí, y sé que el hombre no mentía. Es posible que se equivocara un poco, pero no mentía. Lorca está allí. Y hay que saber la verdad para que desaparezca todo este tejemaneje de tergiversaciones, mentiras y manipulaciones que han rodeado este asunto.

-Usted lo llama despropósito, ¿por qué?

-Creo que lo fue empezar a excavar antes de tomar algunas precauciones. Había que haberlo pensado mejor, porque hablamos de dinero público. Por ejemplo, hay un pinar muy cerca del olivo, que según los vecinos se plantó para encubrir la fosa. Habría que estudiarlo, e incluso tomar medidas, porque un gobierno puede ordenar un sondeo, incluso oponiéndose a los propietarios...

-¿Quiénes son los principales interesados en que no se descubran los restos de Lorca y por qué?

-En este momento, yo diría que la familia, por razones que ellos nunca han explicado bien. Hacen piña para decir que ya lo saben todo, que no hace falta investigar más. A mí no me basta. También está el que fuera vicepresidente de la Diputación de Granada, Ernesto Molina, asegurando que se habían encontrado huesos al lado del olivo. ¿Es un bulo más? ¿Por qué no se investiga? Luego supimos que Fernández Montesinos [sobrino de Lorca] es padrino de la hija de Molina... Es atroz. Todo me parece una falta de respeto hacia quienes amamos la obra de Lorca.

-¿Ha recibido alguna comunicación por parte de la familia?

-Nada. Ni una sola palabra. Yo me sentaría con ellos, cómo no. No creo que sea mala gente, creo que están equivocados. El otro día me senté con Juan Gallo [comisario para la Memoria Histórica en Andalucía] para conocer su opinión. Lo único que me mueve es la pasión. Yo tengo un proyecto sobre Buñuel, no necesito esto, que me quita tiempo y me desgasta. Preferiría estar en París estudiando el surrealismo. Y quienes creen que me forro, se equivocan. Con este libro no voy a ganar un duro.

-Recuerdo que usted se sintió muy atacado tras los resultados de la excavación. Se sentía algo así como "el guiri expiatorio".

-Sufrí un desprecio radical. Me llamaron el guiri, el inglés -cosa que nunca he sido, soy irlandés-, dijeron que lo que quería era tener en la mano la calavera de Lorca... ¡Yo lo que quiero es saber la verdad!

-Además de la familia, se han opuesto políticos que, por otro lado, han sido reticentes en general a la Ley de Memoria Histórica...

-Desde mi punto de vista es una ley insatisfactoria. Pero la derecha, que no perdona, dice que la Memoria Histórica equivale a remover el odio. Y eso es una calumnia. ¿Cómo puede progresar el país sin dar ese paso? Eso no es, como afirman, reabrir las heridas: es que las heridas nunca se han cerrado. Si tuviera un abuelo asesinado como un perro en una cuneta, querría saber dónde está y darle una digna sepultura. Dicen que fueron 130.000 los muertos. Eso es un holocausto. Es un crimen de lesa humanidad. Y la derecha se niega a frontar esto, que es una cuestión de moral básica.

-¿Estuvimos a la altura los medios de comunicación durante las excavaciones?

-Yo creo que del fracaso tuvo la culpa la familia y la Junta de Andalucía, al aceptar unas condiciones poco aceptables, con contratos de confidencialidad... Para eso, mejor no haber empezado. Cuando Begoña Álvarez [ entonces consejera de Justicia] dijo "si encontramos los restos, no lo vamos a poder decir", ¿qué quería decir? ¡Hermosísimo, chapó! Los periodistas sólo buscaban información, aunque sometidos al peligro de recibirla filtrada, modificada. Sí es cierto que hubo cierta irresponsabilidad: hubo, por ejemplo, un espontáneo que se coló en Alfacar con un georradar, y al día siguiente salió el ABC_publicando sus pesquisas, ¡primicia, primicia! No había nada que contar.

-¿Se ha cerrado la puerta para otras excavaciones futuras?

-Verá, estamos en un periodo preelectoral y se dice que el PSOE incluso puede perder Andalucía. Yo tengo claro que si viene Arenas y su equipo, nunca van a hacer nada. Se habrá acabado, adiós a la Memoria Histórica. Pero en este año y medio se podría al menos resolver la protección del terreno. Ésa es mi esperanza. Se podría hacer un estudio previo de la zona e ir buscando poco a poco. No todo estaría perdido.

-¿Cómo valora las excavaciones que se han efectuado en otros lugares de España? ¿Se han hecho mejor las cosas?

-En otros lugares se ha incurrido en defectos, pero defiendo el trabajo de las asociaciones, con Emilio Silva [presidente de la Asociación de la Recuperación de la Memoria Histórica] al frente, que han hecho felices, dentro de lo que cabe, a muchas familias españolas. Pero ha tenido que ser con poquísimos medios, porque no es el Estado el que busca. Ha habido lugares donde se ha hecho muy bien, como en Málaga, en cuyo cementerio de San Rafael han aparecido los restos de más de 2.000 fusilados, y donde el PP, excepcionalmente, no se ha opuesto. Seguir buscando es lo cristiano y lo decente. Es lo justo.

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