Justo cuando la píldora cumple 30 años -estuvo prohibida hasta el 7 de octubre de 1978-, algunos ginecólogos están avisando de embarazos no deseados ligado a un mal uso de la anticopcepción oral.
Entre ellos, la directora de la clínica El Sur de Sevilla, Eva Rodríguez, quien reconoce que si bien hace unos años era "muy raro" encontrar casos de mujeres que decidían abortar tras quedarse en estado aun tomando la píldora, "ahora rara es la semana donde no veo al menos uno y no por no habérsela tomado bien".
En este sentido, mostró su deseo de iniciar un estudio sobre este método anticonceptivo que, no obstante, reconoció como "el más seguro". Entre las hipótesis se encuentra "la tendencia a bajar las dosis para evitar los efectos secundarios".
"Hay quien piensa que esto es como la Coca Cola light: cuanto menor sea la dosis, menos se engorda. Y esto es falso", asevera Santiago Barambio, presidente de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI). A su juicio, esta situación refleja un desconocimiento en el manejo de los anticonceptivos. "El problema llega cuando la mujer la toma por su cuenta, va a la farmacia y pide la de su prima, o sigue las instrucciones del farmacéutico sin consultar con su ginecólogo", añade Barambio.
De ahí que recomiende acudir siempre a los profesionales para que valoren el estado hormonal previo y la dosis que debe seguir. "Estudiamos a cada mujer para elaborarnos un concepto de ella. Y para ello, tenemos que saber cuándo tuvo su primera regla, si es abundante o no, la cantidad de vello, el tamaño de las mamas...
Todo ello nos da una idea de las hormonas que le debemos recetar. Pero no conformes, le damos una cita pasados cuatro meses para según le haya ido a la paciente, ajustar la dosis de forma definitiva", explica. Si se sigue este protocolo, la doctora Esther de la Viuda, presidenta de Sociedad Española de Contracepción (SEC) destaca la extraordinaria eficacia de la píldora a la hora de prevenir embarazos. Eso, y sus otros efectos beneficiosos, que incluyen la mejora del deseo sexual, el alivio de los síntomas premenstruales, y la reducción del riesgo en determinados tipos de cáncer (ovario, endometrio y colon, principalmente), aunque existen discrepancias sobre este último efecto.
Asimismo, los ginecólogos la recetan desde hace algunos años para tratar la menorragia (sangrado abundante), la dismenorrea (dolor menstrual), el acné y la seborrea. En cuanto a los clásicos riesgos cardiovasculares, la doctora asegura que "son mínimos" dentro de la población de riesgo, como son los mayores de 35 años, las fumadoras, ser obesas o poseer antecedentes familiares.
Pese a todo, un estudio de la SEC en el que participaron 12.000 mujeres demuestra que apenas el 74% de las españolas usa algún método anticonceptivo. De ellas, una de cada cinco opta por la píldora hormonal. El resto prefiere usar el preservativo en sus relaciones.
De cualquier modo, este colectivo y ACAI llevan años fomentando el uso del doble método anticonceptivo: el preservativo -que evita numerosas enfermedades de transmisión sexual como el
