Cultura

GLORIA ESTEFAN

La cantante Gloria Estefan inundó Chile con una lluvia de ritmos latinos, en un único concierto repleto de vida, reivindicaciones políticas y con la actuación estelar de su hija Emily Estefan, de 14 años. Después de diez años de espera, un público expectante recibió a la solista estadounidense de origen cubano.

el 16 sep 2009 / 01:24 h.

La cantante Gloria Estefan inundó Chile con una lluvia de ritmos latinos, en un único concierto repleto de vida, reivindicaciones políticas y con la actuación estelar de su hija Emily Estefan, de 14 años. Después de diez años de espera, un público expectante recibió a la solista estadounidense de origen cubano, que apareció con media hora de retraso que le perdonaron rápidamente tras oír las primeras notas de "Mi cuerpo pide salsa".

Estefan, con 70 millones de discos vendidos y siete Grammys a la espalda, subió al escenario vestida con un conjunto rojo pasión, que combinaba camisa y falda con una flor del mismo color. Sin dejar de saltar, la cantante contagió a los congregados en el estadio Movistar Arena, prácticamente a rebosar, sus ritmos más calientes, y pidió a las fuerzas de seguridad que dejaran bailar libremente a aquellos que lo necesitaran.

No faltó la aparición de Emilio Estefan, su marido, productor y director musical, quien levantó una bandera cubana y otra chilena ante los gritos de aprobación de las gradas. En la tarima convivían hasta 16 músicos de la banda Miami Sound Machine, a la que en el ecuador del espectáculo se unió la preferida de la cantante, su heredera Emily Estefan.

Por unos momentos, nadie pudo creer que el "solo" que surgía de las cuerdas de esa guitarra eléctrica al más puro estilo del mexicano Santana pudieran proceder de las manos de esa tímida chiquilla. Pero no sólo bordó su actuación guitarrista, en plena sintonía con los músicos allá presentes, sino que también se atrevió con la batería, que golpeó con un instinto propio de los fanáticos del "rock and roll".

El público se recuperó a partir del reencuentro con la primera dama de la noche, ahora vestida con tonos blancos y azul turquesa, quien interpretó "Hoy" con un sabor particularmente andino, e ilustrado con imágenes de Machu Pichu en las pantallas laterales. El viaje continuó de Perú a Cuba, y de la isla a Brasil, a donde trasladó a los chilenos presentes con su "Santo Santo", que movió hasta las últimas caderas del estadio.

Estefan repasó sus 30 años de carrera en unas dos horas, a través de un repertorio de éxitos, como "Everlasting Love", "No me dejes de querer", o "Oye", y logró que el mar de espectadores no se acomodara en las sillas en ningún momento.

"Dos veces me han chocado las rodillas por el miedo. La primera vez fue en Chile, ante el Monstruo de la Quinta Vergara, del que me dijeron que llegaba a tirar cosas al escenario si no le gustaba la actuación", dijo Estefan en referencia a su paso por el Festival de Viña del Mar del año 1983. La última parte del concierto sirvió para consagrar su amor por la isla caribeña de la cual es originaria, y que abandonaron sus padres en los años sesenta por razones políticas, con temas como "Mi tierra" o "Cuba Libre".

El espectáculo forma parte de su última gira internacional, que en los próximos días llevará a Estefan a los escenarios de Argentina, Perú y Ecuador.

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