Imagen oficial del videojuego.
El Monte Olimpo tiembla, casi cruje, y los Dioses, con Zeus atemorizado por el recuerdo a la cabeza, se lanzan hacia las balconadas a ver cómo se acerca su inexorable destino: Kratos, ayudado por Gaia y los Titanes, sube por las laderas del Monte más furioso que nunca, dispuesto a reclamar lo que la traición de los Dioses le arrancó sin piedad alguna. El fin ha llegado. La tercera entrega de God of War supone la llegada del salvaje soldado de Esparta al buque insignia de Sony en exclusiva tras casi cuatro años de desarrollo por parte del estudio californiano Santa Monica. La historia de traición y venganza de Kratos apunta a su final justo donde terminó la segunda entrega y eleva el género del hack'n'slash a niveles que sólo puede llegar a igualar el genial Bayonetta.
Y para conseguirlo no han tenido que esforzarse en buscar arriesgadas ideas innovadoras, sino profundizar y mejorar las virtudes de las que ya hacían gala los dos primeros títulos: perfección en los combates, una buena historia subyacente que despierta la empatía del jugador, un aspecto gráfico acorde con el potencial de la consola de Sony y una violencia, justificada, llevada al extremo sin llegar a ser tan grotesca como para producir risa.
En esta línea, los combates son mucho más violentos que antes y las armas y técnicas a usar también han evolucionado en la misma medida, no en vano los enemigos también lo han hecho y no dudan en ningún momento que su rival, Kratos, debe ser despedazado, si no quieren ser ellos los que acaben en trocitos pequeños dignos de un estofado en un desmembramiento reflejado con toda su crudeza
Los escenarios muestran el cuidado con el este tema nos casos belleza en to del que presume de ser el hogar de los Dioses olímpicos.
En esta última, o eso dice Sony, aventura de Kratos todo es más grande, mejor, más épico, empezando por la imponente presencia de los Titanes y terminando por el uso del nuevo motor gráfico creado para este juego y que muestra el enorme potencial futuro del estudio Santa Monica.
God of War III cumple con creces con las exigentes expectativas que presionaron a sus desarrolladores desde que fue anunciado, a pesar de alguna carencia de originalidad que se suple con el trabajo de mejora de los combates, un impresionante trabajo gráfico que creará tendencia y un antihéroe que nos llega al corazón con la más cruel de las muecas sonrientes. Un lujo que debe estar en todos los estantes de los más sedientos de sangre.