González celebra un gol con el Marchena Balompié. Foto: La Voz de Marchena.
Con el pasaporte en el bolsillo, un balón en la maleta y Marco Polo en el recuerdo. Francisco José González Rodríguez (Marchena, 3-2-1988) es una de las estrellas del modesto Marchena Balompié, un histórico que purga sus pecados en el infierno de Segunda Provincial. Su campaña ha sido sobresaliente y ya en diciembre rechazó una oferta de un Tercera División polaco para continuar brillando en su hogar. Hasta que su agente, Ángel Ruiz, dinamitó su agradable rutina con una exótica propuesta. De Bangladesh, un país asiático enclavado a 10.000 kilómetros de su pueblo natal. Es una aventura, confiesa sin dudar. Aterriza en el campeón de una Liga menor, el Sheikh Russel, para someterse a un período de prueba de 10 días. Ojalá haya suerte, revela con incertidumbre.
Ya ha estampado su rúbrica en un precontrato después de que los rectores del conjunto bengalí, de la capital del estado, Dhaka, hayan revisado vídeos de sus encuentros en España. González, un central elegante, fornido y expeditivo, firmará por un compromiso de cuatro meses si convence al cuerpo técnico, una duración prorrogable a una segunda campaña completa en caso de éxito. El equipo va sexto y quieren volver a estar arriba, dice aún desde la Campiña. La Liga apenas reúne a 10 equipos y el Sheikh Russel es el vigente campeón del torneo doméstico y la Copa. Para fomentar su integración en una sociedad de costumbres diametralmente opuestas a las de la apacible Marchena, el club asiático ha decidido que comparta habitación con el único integrante del grupo de habla hispana, el mediocentro uruguayo Francisco Usúcar. Me han dicho que tendremos un traductor siempre con nosotros, espeta antes de partir en avión a su nuevo destino, aquel que descubrió Marco Polo, cargado de telas y sedas, en el siglo XIII.
Su viaje se cerró ayer después de horas y horas de confidencias a la almohada, ya que, tal y como admite, piensas muchas cosas. Vivirá en la Ciudad Deportiva, centro neurálgico de la rutina diaria de una entidad situada en la capital del país, una urbe que reúne a más de 14.000.000 de habitantes. Desde pequeño, González se distinguió por aceptar aventuras. En su curriculum figuran decenas de peripecias por los cuatro puntos cardinales de la Península Ibérica, pero nunca había retirado pasaporte y visado antes de buscar un nuevo paisaje. Los filiales de Córdoba CF y RC Celta, los históricos Jerez Industrial y Balompédica Linense o los modestos Marinaleda y Los Palacios fueron algunos de los lugares en los que el zaguero adquirió el rol de emblema del vestuario. Quienes le conocen de su etapa en el recién bautizado Mariano Pulido nunca olvidarán sus arengas antes de los partidos. Y ahora navegará por la ruta de Marco Polo.
