El Betis de Jaime Rodríguez-Sacristán y Luis Oliver cederá esta noche su sitio al Betis de Rafael Gordillo.
El club celebra la Junta Extraordinaria de Accionistas que en su día solicitó Por Nuestro Betis, que el Juzgado de lo Mercantil número 1 aprobó en noviembre y que será controlada por los interventores que la jueza Mercedes Alaya puso al cargo de las acciones de Farusa en proceso de compra por Bitton Sport. Esos títulos representan el 51,34% del capital social del Betis, así que ocurrirá lo que Gordillo, el abogado José Antonio Bosch y el economista Luis Ruiz de Huidobro quieran que ocurra.
Y su intención está clara: votarán en contra de los catorce primeros puntos y tratarán de llegar cuanto antes al último y más importante, el cese del consejo de administración y la elección de otro.
El G-3 ya ha completado la composición del nuevo consejo. Tendrá siete miembros, el mínimo permitido por la ley, y todos son hombres y béticos de prestigio en sus campos. El secretismo ha sido absoluto y sólo se sabe que Gordillo será el presidente y que Bosch será vicepresidente.
La junta extraordinaria empezará a las 20.00 horas en el hotel Al-Andalus. Será presidida por Antonio Jesús González Díaz, que ha preparado la cita en estrecho contacto con el presidente saliente del Betis, Jaime Rodríguez-Sacristán. De hecho, el dirigente lo acompañará en la mesa a pesar de que prefería mantenerse en segundo plano.
También es posible que Manuel Castaño se una a ellos, a la secretaria judicial, Carmen Zambrano, y al notario José Luis Lledó, elegido por el señor González Díaz por deferencia del Betis. El club era el encargado de designar al notario encargado de levantar acta, pero delegó en el presidente de la junta para que tuviera alguien de su confianza.
Está por ver si acudirán Oliver y sus consejeros afines, léase Ángel Vergara, Eduardo Peña y Joaquín Zulategui. La intención del navarro era no ir porque en realidad nada puede hacer. Su intento de captar acciones fracasó y hasta última hora trató de anular la Junta Extraordinaria. Oliver, en todo caso, confía en que su adiós sea provisional.
Depende de la Audiencia Provincial: si revoca las medidas cautelares adoptadas por Alaya en julio, el nuevo consejo se irá y Oliver volverá; si las confirma, Gordillo gozará de un mandato más estable y duradero.
