El Museo de Arte de Sao Paulo (MASP) acoge desde mañana martes sendas exposiciones de los artistas sevillanos Luis Gordillo y Manolo Quejido. Las muestras han sido comisariadas por José Lebrero Stals, director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), y se podrán visitar hasta el 15 de julio de 2008. Ambas han podido verse anteriormente en el Museo de Arte de Zapopan en Guadalajara (México), en el Museo de Bellas Artes de Caracas (Venezuela), y en el Museo de Bellas Artes de la Habana (Cuba).
Respecto a Luis Gordillo, la muestra ofrece una panorámica del la labor del sevillano y reúne pinturas, dibujos y fotomontajes, que permiten configurar el proceso de su trabajo. La exposición refleja, por un lado, la importancia que tienen para Luis Gordillo (Sevilla, 1934) la serie y la repetición y, por otro, su idea de que una imagen sometida a reproducción permanente nunca alcanza un estado definitivo.
Profundamente interesado por el psicoanálisis, el trabajo pictórico de Gordillo tiene una dimensión psicoterapéutica y es fiel a un cierto espíritu de pensamiento trágico y existencialista que surge en los años cincuenta. El artista ha descrito su trabajo como "una necesidad de huir, de sublimar, de exorcizar la angustia, de no sentirse lógico en el mundo" y como "una erótica compensativa que haga salir del pozo del no-sentido personal".
Respecto al segundo autor, la exposición reúne obras de los distintos períodos creativos de Manolo Quejido (Sevilla, 1946), subrayando la importancia del cuaderno de dibujos. Artista reflexivo, inquieto y comprometido, ha encontrado en la pintura su principal medio de expresión. La trayectoria de Quejido se inicia a mediados de la década de los 60 y, a lo largo de ella, ha desarrollado una serie de prácticas pictóricas que se relacionan con lo que se podría denominar pintura expandida o pintura en acción.