Cannes gravita sobre sí mismo. En la 67 edición del festival de cine más importante del mundo se verá mucho rostro conocido pero también dos elementos polémicos sustanciales en la cita francesa con la que arranca el certamen el miércoles.
Y es que la controversia estará presente desde el minuto cero. Grace of Monaco, la película inaugural centrada en la vida de la actriz Grace Kelly, posteriormente la princesa Gracia Patricia de Mónaco, ha sido rechazada por su familia.
Nadie del principado recorrerá los escasos 55 kilómetros que distan de Cannes para asistir a la presentación del filme, en la que Nicole Kidman encarna a la protagonista de Atrapa a un ladrón o La ventana indiscreta. En un comunicado la casa real monaguesca incluso ha pedido que no se hable de ella como un biopic, ya que se presenta de forma «inventada» la vida de la princesa, fallecida en un accidente de tráfico en 1982.
A estas desavenencias se suman las que existen entre el director, el francés Olivier Dahan, y el todopoderoso productor Harvey Weinstein, que decidió realizar un montaje diferente al propuesto por el cineasta. Esa versión es «catastrófica», señaló en octubre Dahan, quien sí acudirá a Cannes a defender la cinta junto a Kidman, Tim Roth, que encarna al príncipe Rainiero, y Paz Vega, que da vida a la cantante de ópera Maria Callas.
Y a todo ello se añade el morbo de que la voz escogida para doblar al francés a Nicole Kidman haya sido finalmente la de la actriz Julie Gayet, que hasta hace poco mantenía una relación sentimental con el presidente galo, François Hollande, según los medios locales.
Pero si la mirada se fija en la selección oficial, un primer vistazo a las 18 películas que compiten en el Festival permite extraer tres conclusiones: abundan los rostros conocidos, el cine europeo es el de mayor peso y no hay debutantes, aunque sí una única contribución de habla hispana, la argentina Relatos salvajes, de Damián Szifrón.
Protagonizada por Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia, Erica Rivas y Darío Grandinetti, entre otros, el filme aúna suspense, humor y violencia a través de las seis historias que la conforman.
La tercera cinta de Szifrón peleará por la Palma de Oro con directores consagrados que ya tienen en su vitrina el preciado galardón, como es el caso de los británicos Ken Loach, que estrenará el drama ambientado en la Irlanda de la década de los 30 Jimmys Hall, o su compatriota Mike Leigh, que se fija en los últimos años de uno de los grandes de la pintura británica, J.M.W. Turner, en Mr.Turner.
Asimismo, está Michel Hazanavizius con The Search, su primer trabajo tras la Palma de Oro y el Oscar que levantó con la película muda y en blanco y negro The Artist. El realizador deja patente su interés por el cine clásico al rodar una nueva versión de la cinta de Fred Zinnemann, Los ángeles perdidos. La franco-argentina Bérénice Bejo y la estadounidense Annette Benning protagonizan este drama que traslada al espectador a una Chechenia en guerra.
Defensa de la mujer. Los belgas Jean Pierre y Luc Dardenne tienen ya dos Palmas de Oro, pero puntuales a su cita con la Costa Azul acudirán este año con su nueva película Deux jours, un nuit, centrada la precaria situación laboral de una mujer, protagonizada por Marion Cotillard.
La cuota francófona, como cada año una de las más abultadas en el certamen, lleva a las pantallas a un icono de la moda como Yves Saint-Laurent, de la mano de Bertrand Bonello, mientras Juliette Binoche y Kirsten Stewart comparecerán bajo la batuta de Olivier Assayas en Sils Maria.
Sin duda uno de los momentos estelares para los aficionados al cine de autor es el nuevo trabajo del octogenario Jean-Luc Godard que, tras varios años de haber sido ignorado o relegado a otras secciones del certamen, aspira a recoger el máximo reconocimiento con Adieu au Language, que se perfila como otra muestra de incondicional libertad creativa.
Así, la 67 edición del certamen galo, que este año
