En uno de los momentos de mayor desafección ciudadana hacia la clase política y con un Parlamento sumido en la confrontación, el presidente de la Cámara no eludió la autocrítica en su primer discurso institucional del 28-F. Manuel Gracia reconoció que la gente, ahogada por el paro y la crisis, tiene motivos de sobra para desconfiar de sus representantes y que es tarea de todos cambiar esa percepción. Aseguró que ese "malestar social" solo se resuelve con "más democracia y mejor democracia" y por eso pidió a los diputados que rindan cuentas permanentemente ante los ciudadanos para recuperar su confianza.
El Día de Andalucía amaneció lluvioso y gris. Poco antes de que echaran a andar las manifestaciones contra los recortes, el Parlamento celebró su tradicional acto del 28-F. Sonó el himno y se izó la bandera blanca y verde, pero la comunidad, con más de 1,4 millones de parados, no estaba para mucha celebración. Consciente de esa dura realidad, el presidente de la Cámara quiso dar un toque de atención a sus señorías para que asuman que buena parte del desencanto ciudadano y del enfado hacia sus políticos es culpa de quienes ostentan cargos públicos.
Para devolver la confianza perdida en las instituciones, el socialista Manuel Gracia dio una receta: "Debemos activar dos palancas fundamentales: transparencia y participación. Ambas deben estar impregnadas de una actitud de ejemplaridad. Todos estamos convocados a recuperar la dignificación de la política", advirtió. En pleno estallido de escándalos de corrupción como el de Bárcenas -el extesorero del PP que supuestamente pagó durante años sobres en B a la cúpula del partido- y con el caso de los ERE fraudulentos pagados por la Junta en manos de los tribunales, el presidente del Parlamento insistió varias veces en que los políticos "debemos ser ejemplares".
Gracia propuso varias medidas para ganar en transparencia que se sumarían a las ya presentadas por los grupos, como mecanismos para que los diputados tengan que rendir cuentas ante los ciudadanos o que se les exija algún tipo de responsabilidad cuando incumplan sus compromisos. También planteó que los andaluces puedan presentar sus propias enmiendas. Desde que llegó al cargo, su principal prioridad ha sido "abrir el Parlamento a los ciudadanos para que lo sientan suyo". A los andaluces de a pie dedicó sus palabras más emotivas: "Quiero dirigirme a nuestros conciudadanos, mirándoles a los ojos. Sé que hay miles de familias que lo están pasando muy mal, que viven sobrecogidos, con inseguridad sobre su propio futuro o el de sus hijos, que asisten desconcertados, cuando no indignados, a una crisis que no causaron pero de la cual son víctimas. Quiero decirles que este es su Parlamento, que sin ellos no somos nada", reconoció.
Tras destacar la necesidad de llegar a un gran Pacto por Andalucía -auspiciado por el presidente de la Junta-, Gracia apeló varias veces a la unidad para vencer a la crisis. "El pueblo andaluz nos está exigiendo unidad y no perdonaría a quienes la rompieran por lealtades equivocadas", avisó. "Debemos estar con los ojos bien abiertos a lo que nuestro pueblo nos demanda, huyendo de las tácticas cortas de miras", señaló. En el hemiciclo del Hospital de las Cinco Llagas, sus señorías le escuchaban en silencio. La bancada de IU, prácticamente vacía, solo con Ignacio García en su escaño (Diego Valderas, vicepresidente de la Junta se sienta junto a Griñán).
Tras el discurso llegaron las reacciones de los grupos. El líder del PP-A, Juan Ignacio Zoido, coincidió en que los políticos deben "ser ejemplares" en la actividad que desarrollan y en su "compromiso con la transparencia". Francisco Álvarez de la Chica calificó la intervención de "excepcional", a la altura de un día "tan extraordinario como este". Ignacio García (IU) lo consideró "equilibrado" entre el carácter institucional y la demanda de la calle y dijo que planteó propuestas "muy interesantes"
