Cultura

«Gracias a El Pali he descubierto una Sevilla que no conocía»

El periodista sevillano, crítico de flamenco y director del programa Com.flamenco, de Giralda Televisión, resucita en una biografía al ‘Trovador de Sevilla’, que fue como se apodó en la ciudad a Francisco Palacios ‘El Pali’, una de las voces masculinas que más alto ha llevado el género de las sevillanas.

el 08 may 2010 / 18:48 h.

Antonio Ortega, en la Fundación Cruzcampo.
Antonio Ortega Rubio, cuchichí y autodidacta, con sangre de los Ortega, estirpe de toreros y flamencos de Cádiz y Sevilla, acaba de presentar posiblemente el libro de su vida, que dedica a su hijo Manuel: una cuidada y suntuosa biografía de Paco Palacios El Pali, al que la ciudad de la Giralda bautizó como El Trovador de Sevilla. Olvidado por las instituciones y editoriales sevillanas, la editorial gaditana Absalon le ha echado valor en tiempos de crisis y ha hecho una edición que el artista hubiera celebrado pegándose un homenaje de los suyos. Con un estilo personal y gran frescura, este periodista cuenta bien la vida del genial artista y recopila su inmensa obra, aportando, además, un valioso y desconocido material gráfico. Es su segundo libro y en breve saldrá el tercero, una obra de asesoramiento legal para artistas.

 

-Resúmame en tres líneas quién es Antonio Ortega.                                       -Soy un sevillano de 39 años, que ama el flamenco, la escritura y el periodismo, profesión que ejerzo en Giralda TV, donde dirijo y presento un programa de flamenco. Tengo publicado un libro dedicado al Bizco Amate y en breve saldrá mi tercer libro. Soy un flamenco.

-¿Algún complejo por su condición de autodidacta?
-El complejo viene dado por las inseguridades, y yo siempre he estado seguro de lo que quería ser. Soy consecuente con las circunstancias que me han tocado vivir, creo que le he sacado partido a todo porque los autodidactas somos personas muy observadoras. Antes de poder vivir del periodismo fui pintor, albañil, escayolista y decorador y esas experiencias me han enriquecido personal y profesionalmente.

-¿Qué significa para usted escribir?
-Quise ser escritor y periodista desde que tengo uso de razón. A los diez años gané mi primer concurso de poesía. No sé vivir sin un lápiz y un papel en mis manos, son dos elementos más de los atuendos que me visten.

-¿Utiliza pluma estilográfica, ordenador o máquina de escribir?
-Escribo a lápiz o con bolígrafo, pero siempre remato con el teclado de un ordenador, es uno de los mejores inventos que conozco.

-Su libro sobre el Bizco de Amate, ¿de qué le sirvió?
-El primer fandango que escuché de El Bizco Amate me lo cantó mi abuelo Antonio, un cantaor rancio que me metió el flamenco en las venas. A ese artista le debo más de lo que él me pueda deber a mí por escribir su biografía, porque gracias a ese trabajo vi realizado mi sueño.

-¿Cómo surgió la idea de biografiar al Pali?
-Porque siendo lo fue este artista para Sevilla y para el género de la sevillana, nadie se había ocupado de su vida ni de su obra, algo que no entiendo, porque literariamente es un personaje muy atractivo, repleto de fuertes contrastes: por momentos gracioso y con ingenio y por momentos malaje; a veces se comportaba como un hombre cabal y otras como un niño caprichoso, pero no se le puede negar que fue un genio.

-¿Le van a usted las sevillanas?
-Me va más el flamenco, pero con El Pali he aprendido también a gozar de las sevillanas. No obstante, creo que es un género que se ha estancado y que precisa un giro de tuerca urgente, necesita de nuevos compositores que sepan escribirle a la Giralda sin que suene a más de lo mismo.

-¿Podría definir a El Pali con una sola palabra?
-Genio.

-¿Por qué una editorial de Cádiz y no de Sevilla?
-Las editoriales están ensimismadas en que nos hacen un favor a los que escribimos publicando nuestros trabajos, y están equivocadas. Se excusan en que la publicación de un libro les cuesta el dinero y yo no conozco a ningún editor que esté tieso, y sí a muchos escritores que malviven de lo que escriben. En Sevilla el libro tuvo muchos pretendientes, pero nadie quiso apostar por él si no era en unas condiciones que yo no estaba dispuesto a aceptar, y no me refiero al plano económico, que ya de por sí es de vergüenza, sino a lo que respecta a la edición. Absalon, ha editado un libro que está a la altura del personaje, que era lo que yo quería.

-¿Cuánto tiempo le ha llevado la investigación y redacción de la obra?
-Han sido cinco años de recopilación de datos y documentación, durante los cuales me entrevisté con todas aquellas personas que conocieron al artista. La redacción, por cuestiones contractuales, me vi obligado a realizarla en un mes.

-¿Sevilla ha sido ingrata con El Pali?
-Sevilla le debe a El Pali la concesión de Hijo Predilecto a título póstumo. En su día se recogieron quince mil firmas, entre ellas, la de Felipe González, que por entonces era presidente del Gobierno. Además en la documentación se aportaron más de trescientas adhesiones de empresas, medios de comunicación, ayuntamientos y entidades culturales, pero el asuntó se politizó y El Trovador se quedó sin su merecido título.

-¿Qué ha descubierto de la Sevilla del artista que no supiera?
-La gran nómina de personajes populares que existía en nuestra ciudad, luna Sevilla ocultada por los historiadores oficialistas, que no es otra que la del día a día. Gracias a él he descubierto rincones de la ciudad que no conocía.

-¿Esperaba una edición tan lujosa de la obra?
-Sí, porque era lo que había pactado con la editorial. Aún así, uno no se lo cree hasta que no le ve, y en ese sentido creo que el libro tiene muy buena presencia.

-¿En quién pensó cuando vio tan lleno el salón de actos de la Fundación Cruzcampo?
-Una satisfacción difícil de describir, porque El Pali tenía mucho tirón, pero también es cierto que lleva veintidós años muerto y a estas alturas, no creía yo que fuese a despertar tanto interés. También pensé mucho en mi hijo Manuel: ese día estuvimos toda la mañana en Urgencias por un virus que le provocaba vómitos constantes, y finalmente no pudo estar conmigo en la presentación, me faltaba su presencia para sentirme pletórico.

-¿Qué espera de Sevilla, con respecto a su libro?
-Que lo tome con la misma libertad con la que yo lo he escrito.

-¿Autorizaría El Pali su biografía, si resucitara y la leyera?
-No sabría responder a esa pregunta con certeza. Su sobrino José Antonio Palacios, que fue quien mejor lo conoció, dice que sí.

-¿Hay algo del artista sevillano que se haya callado y que le hubiera gustado contar?
-No. He escrito lo que he pensado y lo que he sentido, y no me he autocensurado. Habrá aspectos de su personalidad que a algunos les dolerá y que no les gustará leer, pero yo no me he inventado nada, porque todos los testimonios están ahí grabados. Y gracias al periodista José María Gómez que escribió sus memorias y a El Correo de Andalucía que las publicó, conocemos muchos aspectos de la trayectoria de este artista.

-¿Aceptará las críticas?
-No me queda otra... Como decía Machado refiriéndose a los versos, este libro desde el momento en que está en la calle, ya no es mío.

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