La solicitud para renovar el permiso de residencia temporal se tramita en la Oficina de Extranería de la Delegación del Gobierno, una solcitud en la que se han de acreditar diversas circunstancias. / Pepo Herrera
Casi 9.000 inmigrantes extracomunitarios tienen permiso temporal de residencia en vigor en Sevilla, según los últimos datos de Extranjería a cierre del año pasado. La mitad logra renovarlo al tener un contrato de trabajo (principalmente por cuenta ajena) y el resto se reparte entre aquellos cuya estancia está catalogada como no lucrativa (la mayoría por estudios), quienes logran los papeles por reagrupación familiar y, en menor medida, un cupo que los consigue por razones de arraigo o humanitarias. Pero hay quienes no pueden agarrarse a ninguno de estos supuestos, especialmente desde que el estallido de la crisis dificultó las posibilidades de conservar el empleo que a muchos les sirvió para lograr la primera tarjeta de residencia por un periodo de un año. La reforma de la Ley de Extranjería de 2009 (desarrollada por Real Decreto en 2011) introdujo la posibilidad de lograr renovar el permiso acreditando un interés demostrado por conocer el país de acogida e integrarse en él, el llamado informe de esfuerzo de integración, que otorgan las comunidades autónomas. En 2012 la Junta reguló su obtención previa realización de unos cursos que imparten asociaciones y ONG en Sevilla principalmente Accem donde los inmigrantes estudian leyes como la Constitución española y el Estatuto de Autonomía, cuestiones de derechos humanos o el funcionamiento de las administraciones públicas.
En Sevilla, 265 inmigrantes han obtenido desde entonces este certificado que por sí mismo no garantiza la renovación del permiso pero que se ha convertido en la última esperanza de lograrlo para quienes no han completado el tiempo de cotización exigido (nueve meses en el año inmediatamente anterior) y no pueden apelar a otras fórmulas.
El coordinador de Accem, Manuel Sánchez, deja claro que el informe de esfuerzo de integración «no garantiza nada pero suma», un informe para el que además de cursos específicos dirigidos a inmigrantes impartidos por asociaciones como la suya, también sirven los cursos de lengua española y las acciones de Formación Profesional para el Empleo impartidos por el SAE. Hasta la reforma de la Ley de Extranjería todo ello también eran méritos a «valorar especialmente» a la hora de renovar las autorizaciones de residencia temporal pero la reforma lo fijo como una vía alternativa que el inmigrante puede alegar en su solicitud «en caso de no acreditar el cumplimiento de alguno de los requisitos previstos para la renovación». Es decir, antes era un complemento y con la reforma pasó a ser una posibilidad más para renovar la tarjeta temporal de residencia (no se puede alegar para la lograr el primer permiso de un año).
La orden de la Junta que regula esta acreditación, de 16 de febrero de 2012, señala que se entiende por esfuerzo de integración la participación del inmigrante en acciones formativas destinadas al «conocimiento y respeto de los valores constituciones de España, del Estatuto de Autonomía para Andalucía, de la Unión Europea, de los derechos humanos, las libertades públicas y la democracia, la tolerancia y la igualdad entre mujeres y hombres o el aprendizaje del castellano». En base a esta regulación se han diseñado cursos específicos que, en el caso de Accem, comenzaron a impartirse en 2012 sin financiación pública y a partir de noviembre de 2013 subvencionados por la Junta. Unos 300 alumnos han pasado por una veintena de cursos celebrados en Sevilla, donde la semana próxima se impartirá otro del 6 al 8 de octubre en horario de 9.00 a 14.00 horas.
La demanda para realizar estos cursos, según indican desde Accem, se mantiene pese a que los informes emitidos por la Consejería de Justicia, que es el departamento autonómico competente en la materia, competente en la materia, han ido bajando progresivamente, ya que en Sevilla en 2012 se concedieron 149, el año pasado 80 y en lo que va de este año solo 36. En toda Andalucía en este periodo se emitieron 619 informes de esfuerzo de integración, el 64,6 por ciento a hombres y el 35,3 por ciento a mujeres.
Por nacionalidades, tanto en Sevilla como en el resto de Andalucía, bolivianos y marroquíes copan la mayoría de las certificaciones concedidas ya que son también las poblaciones inmigrantes más numerosas.
