Economía

Gran caja a punto de caramelo

Las negociaciones para que Cajasur se adhiera a la fusión de Unicaja y Caja de Jaén entran en una fase decisiva después de que las exigencias económicas y de poder del Cabildo de Córdoba, fundador de la entidad cordobesa, frenaran hace unos días una operación que estaba a punto de caramelo.

el 16 sep 2009 / 05:57 h.

Las negociaciones para que Cajasur se adhiera a la fusión de Unicaja y Caja de Jaén entran en una fase decisiva después de que las exigencias económicas y de poder del Cabildo de Córdoba, fundador de la entidad cordobesa, frenaran hace unos días una operación que estaba a punto de caramelo.

Después de que a finales de la pasada semana la negociación entre Cajasur y Unicaja embarrancara, tras las exigencias del Cabildo Catedralicio de Córdoba de obtener compensaciones económicas para dar el sí a la fusión con la entidad malagueña y Caja de Jaén, las partes vuelven a sentarse hoy para perfilar una operación estratégica en el nuevo mapa financiero regional y que, esta vez sí, vivirá una semana decisiva.

Primero, porque, aunque ninguna de las entidades lo reconoce, esos contactos han entrado en su recta final, si bien en el último encuentro que tuvieron manó más agua fría que caliente, debido a las condiciones económicas y de poder por parte del Cabildo, adelantadas por este periódico el pasado sábado. Segundo, porque ese tira y afloja está tan maduro que de él participan ya directivos del Banco de España y diversos asesores externos para asuntos concretos. Y tercero, por la creciente presión política que aflora en Córdoba -auspiciada por el PSOE pero apoyada por PP e IU- para que Cajasur se pronuncie oficialmente sobre esa fusión en el consejo de administración que la entidad cordobesa celebrará el miércoles.

Según fuentes conocedoras de las negociaciones, a estas tres claves se añadiría el hecho de que el Banco de España sólo habría dejado a Cajasur -agobiada por sus problemas de liquidez, la alta morosidad y la excesiva presencia en el ladrillo- la alternativa de la fusión con Unicaja y, por tanto, erradicada quedaría su búsqueda de una unión con otra caja no andaluza que, por otra parte, el Ejecutivo de José Antonio Griñán nunca consentiría.

Los directivos de la institución monetaria que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez estarían escudriñando las cuentas de la caja cordobesa y las necesidades de su cartera empresarial -un 53% de ésta está vinculada a promotoras e inmobiliarias- para determinar qué ayudas públicas requeriría la operación, y que, en principio, serían con cargo al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y no del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

Mientras tanto, diversas fuentes relatan cómo el arzobispo coadjutor de Sevilla, Juan José Asenjo -antiguo obispo de Córdoba, quien negoció con Griñán la vuelta de Cajasur a la tutela de la Junta de Andalucía en 2005-, está molesto por cómo se están llevando las negociaciones y, en especial, con el presidente de la entidad cordobesa, Santiago Gómez Sierra. Así, es probable que Asenjo medie para tratar de encauzar esos contactos para la fusión.

El Cabildo de Córdoba esgrime su papel de fundador de la caja para tratar de arrancar, a través de negociaciones directas con Unicaja, tres tipos de compensaciones antes de dar el visto bueno a la fusión. Por un lado, patrimoniales, con la cesión de inmuebles de Cajasur, tanto institucionales como de oficinas. Por otro, económicas, con una asignación fija anual que sería independiente de los beneficios que coseche la entidad resultante. Y, por último, habría planteado la potestad de nombrar a varios cargos en la nueva cúpula ejecutiva. La presidencia, sin embargo, no entraría en liza y sería para Braulio Medel, que ya se ha asegurado ese puesto en la unión entre las entidades malagueña y jiennense.

Las mismas fuentes indican que Unicaja considera desmesuradas las exigencias económicas, porque restan recursos propios a la entidad resultante y no atienden a la evolución del negocio financiero, máxime si se tiene en cuenta la crisis económica y que se necesitarían ayudas públicas para la fusión.

En cambio, existe acuerdo entre las partes para que en Córdoba quede establecida una sede significativa de la entidad, la Obra Social disponga de una partida económica sustancial gestionada por la Iglesia y que, al menos durante un periodo por determinar, la marca comercial Cajasur no desaparezca.

Hoy, nuevo capítulo de las negociaciones. Pasado mañana, consejo de Cajasur, en el que el PSOE busca forzar un pronunciamiento.

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