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Del Nido: "Pido perdón"

Del Nido confirma que Pepe Castro será presidente en funciones y que ha pedido a Manuel Vizcaíno que siga en el club.

el 09 dic 2013 / 11:52 h.

del nido despedida 2 Pasaban dos minutos de la una y media de la tarde cuando José María del Nido salía en su coche por la puerta cuatro del estadio –bautizada como de las copas– poniendo el punto y final a su etapa como presidente del Sevilla Fútbol Club. Iba en el asiento trasero junto a su mujer y bajó levemente la ventanilla para agradecer tímidamente con la mano el aplauso de algunos aficionados. Otros optaron por increparle. Cada uno es libre de sentir y expresar sus opiniones. Una hora y media antes, comenzaba en el antepalco del estadio la rueda de prensa más dolorosa de su vida y en la que por primera vez en sus once años y pico de mandato, mostró cómo el osado y gallardo Del Nido también es capaz de derrumbarse en público. La expectación era máxima. Alrededor de trescientas personas llenaban la sala para dar el último adiós al presidente de los títulos. Primer equipo, cuerpo técnico, jugadores veteranos, dorsales de leyenda, equipos de la cantera, exconsejeros y amigos y familiares acudieron para despedir al presidente amigo antes que al condenado. Una sentencia del Tribunal Supremo obliga a Del Nido a siete años de cárcel y debe abandonar la presidencia del club. Sí o sí. No hay marcha atrás ni resquicio legal posible para seguir al frente del club. El niño que con nueve años prometió a su padre presidir el Sevilla para llevarlo a la gloria había cumplido sobradamente su promesa. Sin embargo, su faceta como abogado del Ayuntamiento de Marbella junto al fallecido Jesús Gil y Julián Muñoz ha terminado por arruinarle la vida y tendrá que pagar duramente por el delito cometido. Por este motivo, José María del Nido reunió a las once de la mañana al consejo de administración y renunció a todos sus cargos del club. Desde ese momento ya era de nuevo un sevillista de a pie aunque con un muy buen cupo de acciones. Poco después enfiló el pasillo hacia el antepalco del Ramón Sánchez-Pizjuán. Sus más fieles colaboradores pasaron delante de él con con cara de duelo y José María del Nido se quedó unos metros atrás. Enfiló el pasillo prácticamente solo, únicamente flanqueado por su inseparable jefe de prensa. Del Nido tenía la mirada perdida y el rictus extremadamente serio. A medida que avanzaba iba dejando a derecha e izquierda los últimos títulos logrados por la entidad durante su mandato. Poco antes de sentarse en la mesa y ser rodeado por una marabunta de fotógrafos y cámaras de televisión tomó un fuerte soplo de aire como si fuera el último de su vida. Sabía que le haría falta. Y le hizo. Con el escudo del Sevilla en la solapa y una corbata de rayas rojas y blancas, Del Nido bebió agua y abrió la carpeta para leer su discurso de despedida tras recibir, de pie, con la cabeza baja y las dos manos apoyadas en la mesa, una atronadora ovación. Le costó pronunciar las primeras palabras y estuvo mucho tiempo sin alzar los ojos, como si no tuviera fuerzas para mirar de frente a todos los amigos que habían decidido acompañarle en este trance. Muchos de los asistentes quisieron estar ahí para despedirlo como presidente, sin juzgar la dura sentencia del Tribunal Supremo aunque reconociendo que si ha delinquido, pues debe pagar la condena. No hay otra opción en un estado de Derecho. Corazón maltrecho // Su discurso comenzó reconociendo que este trance le está quitando un trozo de vida y que su corazón está bastante maltrecho. Aseguró que abandona el club después de 27 años de servicio con “una profunda tristeza y humildad”. No dudó en ir nombrado uno a uno a todas las personas que han trabajado con él durante todos estos años nombrando detalladamente todos los departamentos del club y las personas que trabajan en él. Pidió perdón porque sabe que es muy difícil trabajar con una persona que exige el máximo de cada uno “25 horas al día y 365 días al año”. Esa misma exigencia también quiere que todos los empleados de la entidad la tengan con la persona que ocupe a partir de ahora la presidencia. El auditorio continuaba expectante ante las palabras hasta que rompió en otro fuerte aplauso cuando el presidente se derrumbó definitivamente. Seguía dando las gracias a sus más fieles colaboradores y tuvo que parar cuando nombró a Manuel Vizcaíno: “No tienes el cariño que te mereces de un sector de la afición, pero todos tienen que saber que el cargo que ocupas, el de más alta responsabilidad administrativa de la entidad (...) los diriges por tu capacidad, preparación, formación dedicación y altísima efectividad. Te querías ir conmigo y te agradezco que hayas aceptado, por el bien del Sevilla y de quien me sustituya, la última orden que te ha dado quien ha sido tu jefe hasta hace unos minutos: quedarte en tu puesto”. Tampoco pasó por alto al director deportivo, Ramón Rodríguez Monchi. Le pidió que continúe en el club “al menos hasta que termine su actual contrato” porque con el de San Fernando “el Sevilla tiene un seguro de vida”. Igualmente, el exdirector general, José María Cruz, también tuvo su hueco en los reconocimientos del ya expresidente. Le agradeció que se plantee de nuevo “liberarse de sus compromisos profesionales” para volver al club “aunque tenga por delante un toro difícil de lidiar”. La defensa // La faceta más humana de Del Nido también salió a relucir cuando pidió perdón varias veces por el error cometido y por dejar una mancha en el escudo de la entidad, aunque él insistiera en que su faceta profesional nada tiene que ver con su cargo al frente del centenario club. José María del Nido aseguró una y otra vez que creía en su inocencia aunque el Supremo haya sentenciando lo contrario. Así, lamentó que tras la condena en primera instancia optó por seguir en la presidencia “con el apoyo del consejo y los accionistas”, recordó, porque seguía defendiendo su inocencia. No tuvo reparo alguno en pedir perdón tanto a la ciudad como al sevillismo “por haber sido condenado estando en el cargo de presidente de la entidad. Sólo puedo decir que siempre me he considerado inocente y que me equivoqué”. Por este motivo, José María del Nido apostilló que continuará defendiéndose hasta donde le deje el ordenamiento para eludir la cárcel –recursos en el Supremo, amparo o indulto–, pagará “hasta el último euro de la condena” –2,7 millones–y afrontará con “hombría” el ingreso en prisión si finalmente debe verse privado de libertad. Con tres vivas al Sevilla y otra gran ovación, José María del Nido cerró su paso por el club de su alma para adentrarse en la etapa más dura de su vida. Su ingreso en la cárcel. espera sevillafcUn grup

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