Su estreno en el año 2000 revolucionó la historia de la televisión mundial, pero trece años después de su llegada a las pantallas el fenómeno de Gran hermano empieza a dar evidentes muestras de agotamiento. La 14ª edición de la madre de todos los reality shows que está emitiendo Tele 5 --en ningún país se ha exprimido este formato con tantas temporadas-- no ha logrado, por el momento, ni la mitad de audiencias que tuvo en su glorioso estreno. Quizá aún dé algunos beneficios económicos, pero la imagen del programa, que ahora se hunde aparatosamente ante divertimentos tan frugales como Splash! famosos al agua, es ya una sombra de lo que fue en su tiempo.
El mejor ejemplo llegó con la cuarta gala de GH 14 del pasado lunes, que coincidió con el estreno del programa de saltos de trampolín de Antena 3: consiguió el peor dato individual de toda su historia, al obtener un 16,5% de cuota de pantalla. Hasta este momento, su suelo estaba en la tercera gala de la edición número doce, con un 16,8% de share.
No es de extrañar por tanto que la propia Mercedes Milá, presentadora y madre putativa de Gran hermano --ha sido su maestra de ceremonias en 13 de las 14 entregas--, haya pedido en directo en pleno programa el cambio de día de emisión. Debe ser para, al menos, evitar el bochorno de ahogarse ante el concurso de los bañadores.
Según un informe de Barlovento, sobre datos de Kantar Media, la media de audiencia de las cuatro primeras galas de las 14 ediciones ha perdido en estos 13 años de emisiones casi un 63% de su audiencia global (que suman unos 4,5 millones de seguidores). Además del evidente desgaste del formato, también se ha de tener en cuenta para entender este hundimiento el espectacular cambio que ha sufrido el mercado audiovisual español en estos 13 años. El principal y más evidente es la brutal fragmentación de la audiencia con el apagón analógico y lo que trajo consigo: la aparición de una amplia oferta de canales de TDT.
Esto explica que, en el año 2000, el canal de Mediaset tuviera una cuota media de audiencia del 22,3%, y actualmente lleve un promedio del 13,1%. Son unos nueve puntos menos de audiencia. Una pérdida importante, pero el programa ha perdido bastantes más en el mismo periodo: 23 puntos. Con todo, el futuro de la casa parece estar asegurado mientras salgan las cuentas: los ingresos publicitarios que genera para Mediaset. Pero este equilibrio debe estar ya un poco al límite, si se tiene en cuenta que, hoy por hoy, Gran hermano es el programa más caro de todos los que emite la tele española: una sola gala puede rondar los 800.000 euros.