Ya queda menos: al Betis no le valía otra cosa que ganar a un Almería que ya no se jugaba nada y lo hizo, por lo que ahora la salvación está más cerca aunque siga a tres puntos de distancia. Resta una jornada menos y muchos rivales directos han de enfrentarse entre sí.
Gran paso el que dio ayer tarde el Betis en pos de la ansiada permanencia. Lo hizo bajo un sol de justicia y con un once inicial plagado de novedades, pues Josep Maria Noguès arriesgó mucho al dejar fuera del mismo a tres de los fichajes estelares de la temporada -Emana, Oliveira y Nelson- y depositar toda su confianza en futbolistas como Rivera, Juanito o Edu, que prácticamente tienen un pie fuera, pues acaban contrato el 30 de junio y no parece que ninguno vaya a renovar. Junto a ellos, canteranos como Rivas o Arzu que no gozan precisamente del fervor de la grada, como más tarde quedaría de manifiesto tras el 2-0 que sentenciaba el partido y originó una desagradable polémica por una celebración malentendida.
El caso es que apenas dio tiempo a discutir sobre la idoneidad o no de la alineación titular, pues a los cinco minutos ya ganaba el Betis al cabecear Mark González un centro pasado de Edu con muy poco ángulo. Así que Noguès acertó de pleno con su planteamiento, que buscaba mayor disciplina táctica y orden defensivo aun a costa de perder pegada arriba, dilema que resolvió pronto el chileno con su gran gol.
Sin duda el 1-0 fue el mejor bálsamo para una tarde que se presentaba guasona, pues aún estaban frescos los huevazos de los radicales a los jugadores del pasado lunes y era tanto lo que había en juego que cualquier chispazo incontrolado podía desencadenar un incendio abrasador. Pero no hubo fuego alguno, entre otras cosas porque el árbitro Delgado Ferreiro vio dentro del área un empujón de Chico sobre Edu que se produjo fuera y señaló penalti y expulsión del central almeriense. Aunque Edu luego no fue capaz de transformar la pena máxima, era mucha la ventaja que habían cobrado los béticos, que a los 20 minutos ganaban por la mínima y enfrente tenían un rival poco motivado y en inferioridad.
Pero con este Betis nunca se sabe y tras el penalti marrado se vivieron momentos de incertidumbre. El Almería no bajó los brazos y creó algunas situaciones de peligro, gracias sobre todo a la movilidad de Crusat, mientras que en las filas béticas Edu desperdició otro par de buenas ocasiones para haber puesto tierra de por medio.
bajo palos. Hasta Juanito tuvo que salvar bajo palos un cabezazo de Solari que se colaba tras cantada del meta Ricardo al comienzo de la segunda mitad, así que pese al 1-0 y la superioridad numérica nadie podía respirar tranquilo como no llegara la sentencia. Y llegó en el minuto 65, con un sensacional remate de Arzu desde fuera del área que dobló las manos de Diego Alves. El canterano, uno de los jugadores que cuenta con menor fervor de la grada, celebró el tanto llevándose el dedo pulgar a la boca, simulando un chupete -acaba de ser padre-, pero muchos entendieron otra cosa y la tomaron de forma injusta con él. Cada balón que tocaba era seguido de un concierto de pitos y gritos de 'Arzu vete ya', mientras la distancia con el descenso iba y venía de cinco a tres puntos por lo que ocurría en El Molinón. Al final, la ventaja sobre el descenso sigue siendo de tres puntos, por lo que la permanencia habrá que rematarla en Málaga. Se asegura con una victoria, sin depender de otros, aunque un empate y hasta la derrota podrían valer. La solución, en unos días.
