El consejero de Presidencia e Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, acusó ayer de "mentir" a su compañero de partido Alfredo Prada -ex consejero de Justicia- al decir que los partes de los supuestos espionajes coincidían "punto por punto" con su agenda.
Granados también arremetió contra a aquellos comparecientes en la citada comisión parlamentaria que negaron que se realizaran contravigilancias con los gobiernos anteriores de Alberto Ruiz-Gallardón y Joaquín Leguina.
En una sesión crispada al extremo, Granados repartió acusaciones contra los portavoces de los grupos socialista y de Izquierda Unida, pero también contra otros políticos, incluso del Partido Popular. "Lo que ha quedado acreditado es que cuando alguien ha dicho que su agenda coincide con los partes, ha mentido, y como ha mentido, yo, evidentemente, lo pongo de manifiesto, expresó Granados y remachó: "A partir de ahí que ustedes saquen las conclusiones oportunas", agregó.
El consejero madrileño también cargó contra aquellos que hayan negado que se hacían labores de escolta y contravigilancia en los gobiernos anteriores, en referencia al ex consejero socialista Virgilio Cano y el actual concejal popular Pedro Calvo, puesto que ambos negaron tajantemente que esas tareas se realizasen cuando eran presidentes Leguina y Gallardón.
Para su defensa, Granados presentó una tromba de hasta 15 documentos para demostrar que la oposición política miente cuando le acusa de dirigir una red de espionaje a políticos de la comunidad. También aprovechó su comparecencia para exigir al PSOE e IU que le pidan disculpas por decir que él no dice la verdad cuando asevera que las labores de escolta y contravigilancia a los altos cargos se desarrollaban ya en los gobiernos regionales anteriores. Granados también descargó múltiples acusaciones contra la oposición, cebándose en los socialistas. "Creen que han encontrado un chollo con esto, que les ha tocado la lotería, que los 7.000 parados diarios el Gobierno de Rodríguez Zapatero se pueden esconder detrás de una moto, aunque sea roja", indicó.
Quejas de la oposición. Por su parte, las portavoces de los grupos parlamentarios de PSOE e IU, Maru Menéndez e Inés Sabanés, respectivamente, aseguraron ayer que existen "contradicciones" importantes en los discursos de los diferentes miembros del PP y de la comunidad que han pasado por la comisión de investigación sobre el presunto espionaje, que revelan hasta "tres estructuras" dentro de la Consejería de Interior, con asesores y empleados que rinden cuentas a diferentes mandos. "Un lío descomunal", sentenció Sabanés y una "chapuza", dijo Menéndez.
La jornada de ayer fue la última de esta comisión de investigación dado que la Mesa decidió ayer no calificar más comparecencias. Este cierre se preveía desde el pasado martes, cuando la presidenta de la Asamblea, Elvira Rodríguez, fijó el 18 de marzo como fecha para la votación del informe de conclusiones. Desde el 6 de febrero, cuando se constituyó esta comisión de investigación, sólo se han producido cuatro jornadas de debates, en las que se han escuchado a 11personas de las 29 que se habían solicitado en total.
Este hecho también provocó las críticas de la oposición. Así, Sabanés criticó que el PP haya mantenido "el bloqueo" a la comisión basándose en la falsedad y desajustes en los partes, y recordó que dado que se trata de una comisión parlamentaria "necesita, exige y es imprescindible que haya colaboración del Gobierno en la documentación", recordó.
