Sin embargo, esa unidad sólo se entiende si se atiende a la prioridad de que el PSOE acometa sin fisuras la cita electoral, no así en un congresillo que arrancó con una hora de retraso y sin ninguna lista que presentar. Ni siquiera se convocó la Ejecutiva Provincial. La larga negociación de la noche pasada, que se alargó hasta las cinco de la madrugada, pasó del principio de acuerdo entre Viera y el presidente del PSOE de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, a la ruptura total y la posibilidad abierta de dos listas, un escenario nada deseado por el coste político que habría supuesto para Griñán, que ya se había implicado en exceso en el proceso. A pesar de todo, Viera y Villalobos acudieron juntos a la cita con una sola idea cerrada: Griñán encabezaría la representación del PSOE de Sevilla. La pregunta era si sería con una lista única o pugnando con otra alternativa que pusiera en tela de juicio su liderazgo.
La respuesta se dio a conocer tras 11 horas de congresillo llenas de tensión entre militantes, y con el encontronazo, uno más, entre Villalobos y el alcalde de Dos Hermanas,Francisco Toscano. Mientras se producía ese choque y se aprobaba por mayoría la gestión de la Ejecutiva de José Luis Rodríguez Zapatero, dos plantas más arriba del NH Convenciones se cocía un acuerdo que, con la tutela de Griñán -que no fue pero estuvo en permanente contacto-, se cerró con Viera de número dos, Susana Díaz de tres y el alcalde de La Rinconada,Javier Fernández, afín al secretario provincial, de cuarto. La lista, más allá de las cuitas internas, otorga poder a los regidores, que representan un tercio largo de los compromisarios, aunque no faltan miembros "de todos los órganos del partido", entre ellos el propios Villalobos.
Díaz y Viera eludieron hablar del reparto de poder en la lista en aras de la unidad, aunque partidarios de uno y otro se atribuyen una victoria que, en principio, le daría cierta ventaja a Carme Chacón en una plaza que era, a priori, de Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero el prisma en Sevilla es distinto: no se centró tanto en medir fuerzas de cara al Congreso Federal, sino el pistoletazo de salida de una batalla que dirimirá, tras el 25-M, quién será el líder de los sevillanos. El llamado congresillo ha terminado por marcar las fichas del tablero. El entorno de Viera y la dirección regional se disputarán una plaza codiciada por el peso orgánico que representa: quien tiene control en Sevilla, tiene ganada parte de la partida del PSOE en Andalucía -decisivo a nivel federal-.
Por eso, no dudan en otorgarse la victoria. Desde San Vicente argumentan que cuentan con una mayoría de compromisarios -33 frente a 21- frente a los alineados con Viera, que "ha tenido que rodearse de las minorías", a las que ha incluido. Es más, insisten en que esa mayoría también la ostentan en la Ejecutiva provincial y "por eso no la convocó Viera para confeccionar la lista". No perciben así la situación en el entorno del secretario provincial. Creen que hay partido en esta batalla por el poder en Sevilla. Matizan que el reparto fue de 25 delegados cada uno y que, a la vista del enroque de posturas, cedieron los cinco restantes a la libre elección de Griñán pese a "demostrar que Viera cuenta con la mayoría".