El sábado dijo que no hablaría de ello porque es competencia del Gobierno, pero ayer, en su entrevista con el primer ministro de Marruecos, Griñán abordó el conflicto del Sáhara. Dijo que la solución marroquí es "interesante" y que "todo tendrá que resolverse en el marco de Naciones Unidas, entre países amigos y próximos de Marruecos, colaborando en un entendimiento de todas las partes". Sus palabras son las primeras que un mandatario andaluz pronuncia en suelo marroquí sobre esta herida abierta, vieja de 30 años.
Exteriores sólo dice que es "positivo" y "un avance" que Marruecos tenga un plan (que tampoco se ha ganado el favor de Barack Obama) que pide "autonomía", y no por la autodeterminación. Griñán fue un paso más allá con su "interesante", palabra que la agencia gubernamental MAP resaltó notablemente. "La posición del Gobierno español es la que yo mantengo (...). Lo he dicho exactamente con todas las palabras que puedo decir", se revolvió Griñán sobre su losa.
Tras su entrevista con Abbas El Fassi, Griñán abordó el otro tema espinoso: la inmigración. Sostuvo que "no hay relación que haya mejorado más" en estos años, por las sucesivas regularizaciones. Sin embargo, no se habló de menores, cuya repatriación fue reclamada por Manuel Chaves en viajes anteriores ante la "saturación" de los centros andaluces. "Es una política que ya llevamos a cabo", se limitó a decir, y defendió que hoy llegan más los menores subsaharianos. La diferencia es que estos últimos suelen hacerlo acompañados de adultos.
Griñán sostuvo que, pese a la crisis, los proyectos de cooperación con Marruecos se mantendrán inalterables. La media de cooperación andaluza con el país vecino es cuatro veces superior a la media.