"Buena parte del futuro de Andalucía se puede decidir en la UE". Griñán no ocultó su satisfacción por el acuerdo y tampoco obvió que, en plena crisis, y tras la ampliación de 15 a 27 Estados miembros, se abre un escenario "difícil y complicado". A partir de ahora el Gobierno reactivará la Comisión de Asuntos Europeos del Parlamento andaluz para mantener vivo el diálogo con la oposición. También dará entrada a los sindicatos y a las organizaciones agrarias.
La comunidad se juega unos 1.600 millones de euros de la Política Agraria Común (PAC) y deberá enfrentar una nueva etapa como región de competitividad, al haber alcanzado el 75% de la renta media per cápita de la UE. Andalucía dejará en 2014 de contar como región de convergencia (Objetivo 1), lo que amenaza sus fondos estructurales.
El presidente del PP-A, Javier Arenas, aseguró que existe "un acuerdo básico del Gobierno y la oposición para defender los euros de Andalucía con todas las consecuencias, aunque ello suponga enfrentarse al Gobierno de España". El coordinador regional de IU, Diego Valderas, que acudió a la cita en San Telmo con el eurodiputado Willy Meyer y Juan Manuel Sánchez Gordillo, también destacó que existen puntos básicos de consenso. Ambos jefes de la oposición no ocultaron que hay discrepancias pero pusieron el foco en las coincidencias.
La negociación del próximo Presupuesto europeo, que se abre este año y deberá estar cerrada en 2012, será tensa, larga y complicada. Son muchos los equilibrios que deben conjugarse. Lo primero es conseguir que países como Alemania, Francia, Reino Unido e Italia, no pongan cortapisas a la solidaridad.
Y después batallar por que el reparto que decida el Gobierno español entre las comunidades no perjudique a Andalucía. Una vez en el ámbito regional, la Junta quiere tener más capacidad de decisión sobre el destino de las ayudas.
Griñán admitió que habrá "desafíos internos partidarios", porque dentro del PSOE deberán conciliarse intereses de muchas comunidades. Sobre si llegaría a echar un pulso al Gobierno, consideró que no será necesario si bien dejó claro que lo hará si se llega a ese punto. El presidente andaluz cuenta con la ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, como aliada y ya en el momento de su nombramiento celebró que esta andaluza ocupara una cartera clave. También el PP andaluz deberá batallar por sus posiciones frente a otras autonomías en manos de barones de su partido. Además en un Parlamento europeo dominado por fuerzas conservadoras, su voto será clave y Arenas se juega mucho de su crédito político.
El Gobierno andaluz recalcó que no emprende una batalla contra nadie, ni contra Europa ni frente a otras comunidades. "Aquí no se trata de pelearnos unos con otros, eso lo intentarán algunos para sacar rédito político, pero sí les digo que voy a defender con uñas y dientes lo que le conviene a Andalucía", puntualizó. Sobre la mesa está la propuesta de la UE de fijar una subvención mínima para todos los agricultores, lo que perjudicaría enormemente los intereses de Andalucía. La Junta peleará contra esa propuesta al abordar la PAC. "Vamos a luchar contra la tasa plana", aseguró Griñán.
El planteamiento es lograr "un tratamiento singularizado para Andalucía" en la negociación agrícola, por considerar que reúne tres cultivos que cumplen a rajatabla los principios que la UE ha puesto sobre la mesa para la futura PAC: la seguridad alimentaria, la lucha contra el cambio climático y el desarrollo rural. La batalla andaluza se centrará en el olivar, la dehesa y el regadío (que frente a los recelos que despierta en el norte de Europa, Andalucía defiende como cultivo eficiente y ecológico).
Respecto a los fondos estructurales, la Junta defenderá un periodo transitorio o de facing out que permita que el cese de las políticas de cohesión, en plena crisis, no sea abrupto. Andalucía propone revisar los precios agrícolas para mejorar la renta del agricultor y vigilar tratados como el cerrado con Marruecos.
