Griñán fue tajante: "no toca" hacer ahora una crisis en su gabinete, pero tampoco quiso cerrar un plazo para acometerla. Se acogió a su frase de siempre: "Cuando lleguemos a ese río cruzaremos ese puente". Y ante la insistencia de la prensa, remachó: "Esas cosas ni se dicen, ni se avanzan ni se discuten. Se hacen". "Tengo que meditar muchas cosas y tomaré las decisiones cuando sea el momento oportuno. Mientras tanto, tengo un gobierno que está funcionando perfectamente y que ha de seguir funcionando", enfatizó.
Poco habló Griñán en clave interna tras la reunión, limitándose a señalar lo "modélico" del congreso, la "capacidad socialista de adaptarse a los nuevos tiempos" y su ambición de "acompañar al ciudadano" en sus retos diarios. Más pistas dio horas antes, en Canal Sur Radio, cuando avanzó que la nueva presidenta de la formación en Andalucía, Rosa Torres, no tendrá que dedicarse en exclusiva al partido, por lo que no necesariamente debe dejar la Consejería que ahora ocupa, la de Cultura. La salida de Torres del Gobierno andaluz abría la puerta a esa crisis de gobierno a la que el presidente no quiere referirse, por más que se le preguntara por si va a adelgazar su equipo. Sólo recordó que en los 11 meses que lleva al frente de la Junta ha reducido 17 altos cargos, un paso que no han dado otras comunidades autónomas.
Griñán confesó que de ahora en adelante "hablará poco" como secretario general, pues el peso lo llevarán las cuatro grandes áreas del aparato: Organización (Susana Díaz), Economía (María José Rodríguez), Comunicación (Francisco Conejo ) y Ciudadanía (Felipe Sicilia), comandados por el vicesecratario socialista, Rafael Velasco -todos ellos, sí, con dedicación plena al PSOE-A-. "La nueva es una dirección con gente joven y más capacitada para afrontar los desafíos", incidió, frente a la acusación del secretario general del PP andaluz, Antonio Sanz, que lo acusa de montar un "parque jurásico" con "los mismos rostros de hace 20 años" y "sin ideas ni propuestas", como una "vuelta al pasado.
El abrazo de pizarro. En la entrevista, el sucesor de Manuel Chaves reconoció que el mejor recuerdo que guarda del congreso -que le resultó "muy fatigoso"- fue el abrazo que le dio Luis Pizarro, vicesecretario general saliente, con el mensaje de que "siempre pensé que eras el mejor para esto y lo sigo pensando". Los secretarios generales de cada provincia, añadió, le dieron "exactamente" lo que pidió, por lo que la ejecutiva recién parida se "acomoda" a la visión que Griñán tiene del partido y su misión. "Todos los pasos que hemos dado nos consolidan como un partido de cambio", dijo.
Al igual que con el retoque en la Junta, Griñán fue poco claro al hablar sobre el posible relevo del portavoz del PSOE en el Parlamento andaluz, uno de sus históricos, Manuel Gracia. "¿Por qué quiere poner nervioso a Manuel Gracia? Déjelo tranquilo", bromeó al entrevistador, para añadir a continuación que este tipo de cambios "hay que hacerlos entre todos" y que "no dependen" sólo de su voluntad.
Mario Jiménez, actual secretario general del PSOE onubense y que se postula como sucesor de Gracia, dijo ayer que nadie le ha ofrecido por el momento el puesto y que ni se lo plantea, por lo que su "prioridad" es Huelva.