Varias voces del partido, entre ellas la del secretario general del PSOE de Cádiz, Francisco González Cabaña -que ha protagonizado varios pulsos con el regional- aseguran que Pizarro ya avisó hace un año, cuando se planteó el cese de Almagro, que si se hacía efectivo, él iba detrás porque no iba a permanecer sentado en un Gobierno que se deshacía de "su gente". Sin embargo, en la entrevista, Griñán asegura que no esperaba su reacción pero tampoco intentó disuadirle. Defiende que "el presidente del Gobierno tiene plenas facultades para nombrar a los delegados" y recuerda que "las decisiones de un secretario general del partido y de un presidente de la Junta no se han discutido nunca, nunca". Griñán alega que "en los nombramientos de la Junta no debe interferir el partido", cuando precisamente el entorno de Pizarro acusa a la dirección regional de usar el BOJA para saldar cuentas partidistas con el crítico frente gaditano.
Aunque en la Junta y el PSOE llevan toda la semana tratando de minimizar el impacto del portazo de Pizarro, muchos ven tras éste una ya inevitable ruptura, de incalculables consecuencias, entre la vieja guardia que dirigió el partido en los 20 años de Chaves y el equipo de Griñán. "Cuando uno está mucho tiempo, es muy difícil irse", responde Griñán al ser preguntado. Sobre el papel que juega en este cisma el propio Chaves, se muestra menos crítico que con Pizarro y solo reconoce que "pudo cometer" un "error" del que ya "se ha desmarcado" al acudir a un almuerzo con Pizarro y Cabaña para desbancar a la alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez, de la candidatura a la reelección a espaldas del regional.
Para Griñán "mucha gente usa el nombre de Chaves, y Chaves está siendo utilizado por alguna gente como paraguas para sus intereses particulares". Lo dice al día siguiente de que Pizarro dijera alto y claro que sigue considerando a Chaves el presidente.
Con todo, no se siente cuestionado como líder pero responde escurridizo sobre si una derrota en las municipales le haría replantearse ser candidato en 2012:"¿Por qué? Cuando el partido me la ofrezca, tomaré la decisión", dice, aunque afirma estar dispuesto si el PSOE-A se lo pide. Cabe recordar que cuando fue designado secretario general también le nombraron candidato. Descarta primarias si esa propuesta llega y no se moja en las del federal.
En el repaso al caso ERE, niega tener "ninguna" responsabilidad política porque como consejero de Economía de él dependiera Intervención, que hizo tres informes contrarios al proceso para conceder las ayudas. Griñán insiste en que no se alertaba de irregularidades. Con quien sí se muestra duro es con la jueza Alaya, que en sus autos acusa a la Junta de poco colaboradora y exigió las actas del Consejo aunque fuera selladas para custodiarlas mientras la Junta acude al Supremo porque las cree secretas. "Si la jueza insinúa que aquí se pueden enmendar actas me parece una acusación muy grave".