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Griñán liderará el PSOE-A con un apoyo histórico

El partido asume el discurso del cambio del nuevo líder y estrenará una ejecutiva renovada tras el cónclave de despedida de Chaves después de 16 años al frente de los socialistas andaluces.

el 12 mar 2010 / 23:29 h.

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José Antonio Griñán,exultante, tras ser elegido como secretario general del PSOE-A con un 99,8% de los votos.
El mensaje del "cambio" caló y el llamamiento a la "unidad" que hizo José Antonio Griñán a sus compañeros surtió efecto. El nuevo secretario general del PSOE-A fue elegido ayer por unanimidad, con el 99,8% de los votos, el mayor apoyo de la historia del partido. Más respaldo, incluso, que el que obtuvo su antecesor, Manuel Chaves, en las cinco ocasiones en las que se presentó. Griñán logró 497 de los 498 votos y muchos apuntaban a que la papeleta que resta, en blanco, fue la de él mismo.

 

Los socialistas son conscientes del delicado momento que vive el partido, tocado por el "desgaste" de 30 años de gobierno -lo admitió Chaves en su discurso-, con la crisis tambaleando su hegemonía en la comunidad y con las encuestas por primera vez en contra. En este escenario optaron por remar todos a una y culminar los cambios que se abrieron hace ahora un año, cuando los socialistas decidieron que tocaba relevar a Manuel Chaves al frente de la presidencia de la Junta.

Chaves entregó emocionado las riendas del partido y hubo un reconocimiento unánime al que ha cosechado seis victorias consecutivas y devolvió la paz hace 16 años a un partido convulso. El vicepresidente tercero, al que se le saltaron las lágrimas en su despedida, pidió a los socialistas que confíen con "entusiasmo" en Griñán y éste también tuvo palabras de cariño para quien le dio la presidencia de la Junta hace un año. La despedida entre ambos fue algo fría, se hizo esperar el abrazo entre ambos y se echó en falta calidez, por más que los dos líderes den por zanjadas las diferencias que, admiten, les han distanciado los últimos meses.

Tras cosechar casi la unanimidad, un Griñán exultante se comprometió a coordinar un equipo renovado, que aspire a "cumplir con lo que resta de programa electoral" y a combatir la crisis. "Si queremos, podemos", reivindicó. Dos horas antes de su proclamación como secretario general, Griñán, que nunca había tenido un cargo orgánico en el PSOE-A, pronunció un discurso impregnado por una palabra: cambio. En realidad defendió las mismas ideas que lanzó en su investidura hace un año, pero ese mensaje cobra ahora más sentido porque no está claro que pueda acometerlo. Al cierre de esta edición, Griñán estaba inmerso en la negociación de su ejecutiva con los secretarios provinciales y la liturgia era la habitual de los congresos de Chaves, con los líderes locales hablando con Griñán e informando a sus delegaciones. Son varios los dirigentes que avisan de que en el PSOE-A hay que esperar a que los cambios "se digieran".

El equipo renovado de Griñán pasa por recortar los cargos y crear cuatro grandes áreas con dedicación casi exclusiva: Organización, Ciudadanía, Economía y Empleo y Comunicación. También pretende aumentar de 15 a 17 las vocalías. Se da por seguro que Rafael Velasco será su número dos y que la presidencia la ostentará la malagueña Rosa Torres, consejera de Cultura. El actual vicesecretario general, Luis Pizarro, saldrá de la ejecutiva aunque tiene sobre la mesa la oferta de asumir la presidencia del comité director del partido que se haría fija -ahora se elige en cada convocatoria-.
Griñán quiso dejar claro que su carisma es distinto al de Chaves y que hará las cosas de forma diferente. Del que ha liderado el partido durante 16 años todos destacan su maestría a la hora de manejar los equilibrios territoriales, unos malabares que han conseguido mantener en paz a las ocho provincias. El nuevo líder socialista, en cambio, lanzó un mensaje nítido a los suyos: el partido encontrará el "equilibrio" pero no siendo esclavo de los "repartos" territoriales de sillones porque son "disuasorios y excluyentes". "No somos de fulano ni de mengano. Somos socialistas", advirtió. Consciente de que no podrá integrar a todos los nombres que suenan para su equipo y tras admitir que elegir "no es fácil", apostó por primar el "mérito y la capacidad" a la hora de seleccionar a los miembros de la nueva dirección socialista. "Quiero apoyarme en los mejores militantes", señaló.

El presidente de la Junta apostó por una ejecutiva con "muchas voces y buena organización". "Debe haber voces persuasivas y razonables. El que sepa de economía tiene que hablar de economía". Habrá que ver si puede cumplir con su discurso tras encajar las piezas en el PSOE-A, una tarea que nunca ha sido fácil. Por eso exigió "unidad y cohesión" a los suyos, sobre todo en momentos "difíciles" de desapego de los ciudadanos a la política. "El camino que os propongo no es cómodo", reconoció.

Una vez más, Griñán apostó por situar la educación como el pilar de todas las políticas y por conquistar a los jóvenes, el mayor aval que tiene Andalucía. Quiere un relevo generacional pero sin arrinconar a los mayores. Pero está convencido de que para "enamorar a Andalucía" hace falta que el partido transmita mejor sus mensajes, sea capaz de "conectar" con la gente y recupere la confianza de quienes siempre han votado al PSOE y ahora dudan.

La superación de la crisis, que mencionó casi al final de su discurso, será -incidió- el objetivo de las políticas socialistas, "más necesarias que nunca". Griñán dedicó buena parte de su alocución a arremeter contra el PP, una "derecha que ensucia el debate político", que sólo busca "fijar sus votos" y que, para eso, llega a la "infamia como con Manuel Chaves y su familia", en referencia a la batalla judicial por la subvención a Matsa, donde trabaja su hija. A su antecesor le dedicó palabras de cariño. "Manolo es mi amigo y basta", sentenció.

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