Local

Griñán llega, Arenas sigue

El retrato-robot del político ideal podría ser algo así: Hombre o mujer, es exactamente igual. Profesional con una carrera brillante y si es en la función pública mejor. Con experiencia parlamentaria cuando su partido haya estado en el gobierno y en la oposición.

el 16 sep 2009 / 01:24 h.

El retrato-robot del político ideal podría ser algo así: Hombre o mujer, es exactamente igual. Profesional con una carrera brillante y si es en la función pública mejor. Con experiencia parlamentaria cuando su partido haya estado en el gobierno y en la oposición. Con responsabilidades ejercidas en el ejecutivo; si ha sido Ministro o Consejero, y ha desempeñado cargos intermedios dispondrá de una ventaja considerable. Dotado de cualidades para la dialéctica parlamentaria. Que inspire respeto en el adversario y en los interlocutores con los que tenga que negociar. Sin una tacha sobre su honradez ni duda sobre su dedicación vocacional a lo público. Culto y de conocidas aficiones a la música y al arte. Si dispone de sentido del humor en los límites de la ironía y la sorna mejor. Acostumbrado a tomar decisiones y a compartirlas. Firme en el fondo pero suave en las formas. Con las dosis mínimas de sectarismo y razonable en la autocrítica que ni ve enemigos por doquier ni los busca.

Si yo fuera adversario de un tipo así pensaría "lo tengo difícil". Buscaría la forma de enfrentarme a él echando mano de ideas alternativas y me prepararía para pasar un largo tiempo en la oposición confiando más en la fortuna que en otra cosa.

Me abstendría de descalificarlo y mucho menos de desdeñar su capacidad de imponer un propio estilo de gobierno. Él y todos sabemos que cada político tiene su propio criterio y eso se ve en seguida. Es decir, salvo que se carezca de principios y de respeto al adversario, no usaría la descalificación ni azuzaría a los jenízaros que atacan a la orden sin pensar. La confrontación se debería situar en el terreno de las ideas.

De la edad ni hablamos. Con la esperanza de vida del individuo actual no hay grandes diferencias entre un individuo de 52 y otro de 62, salvo la mayor experiencia del segundo. Pero ambos tienen espacio por delante. Y más lo tendrá el que sea capaz de gobernar y menos el que acumule más trienios en la oposición. Griñán es un político con ideas propias y nuevas. A Arenas le toca cambiar el discurso en que ha basado su estrategia y encontrar otro adecuado a la nueva situación. Eso es lo sensato y lo noble.

Abogado

crosadoc@gmail.com

  • 1