Griñán preside un Gobierno referente de la izquierda

Arenas reivindica su victoria el 25-M y alerta de que un "bipartito" al estilo del "tripartito catalán" tendrá "graves" consecuencias para Andalucía

el 03 may 2012 / 19:28 h.

José Antonio Griñán y Diego Valderas bromean antes del comienzo de la segunda sesión del pleno de investidura.

José Antonio Griñán fue reelegido ayer presidente de la Junta gracias a los votos de IU en el Parlamento. Por primera vez, Andalucía tendrá un Gobierno de coalición de dos fuerzas de la izquierda que además será el referente frente al poder hegemónico de la derecha. También por primera vez el partido que ha ganado las autonómicas, el PP, se mantendrá en la oposición, con sus 50 diputados. Y estará solo. La comunidad andaluza será una isla roja en medio de un mar azul de dominio del PP y plantará cara a los recortes exigidos desde Bruselas y La Moncloa. El panorama se antoja delicadísimo y la confrontación con el Ejecutivo de Mariano Rajoy será la tónica habitual de la novena legislatura. "Estar en el Gobierno ahora no es ninguna ganga, exige sacrificios", aseguró Griñán.


El pleno de investidura tuvo todos los ingredientes previstos. Diego Valderas, coordinador de IU y próximo vicepresidente del Gobierno andaluz, estrenó un discurso amable con el líder de los socialistas. Ya está en el papel institucional. Muy distinto fue el tono del dirigente del PP-A, Javier Arenas, quien mantuvo un cuerpo a cuerpo con el presidente. Fue el momento de más tensión del debate. Griñán, con 66 años, volverá a San Telmo pese a que su partido, el PSOE, perdió el 25-M. Contó con los apoyos de los 47 diputados socialistas y con 11 de IU, todos menos el díscolo Juan Manuel Sánchez Gordillo, que emitió un voto nulo. Solo hay un antecedente de Ejecutivo bicolor, el pacto de PSOE y PA que duró desde 1996 a 2004.


Había mucha expectación por escuchar al líder del PP-A. Nada más subir a la tribuna, reivindicó que su partido había ganado por primera vez las autonómicas y que a partir de ahora se comportará como la primera fuerza política. Arenas está noqueado, aunque ayer se esforzó por mostrarse fuerte, firme. El fiasco del 25-M ha sido enorme. Todas las encuestas durante dos años daban por hecho su mayoría absoluta, pero a la hora de la verdad se quedó muy lejos. Fue el verdadero perdedor en las urnas.


En su primera intervención en la Cámara, se dedicó principalmente a denostar el pacto de PSOE e IU. Habló de "bipartito" igualándolo al "tripartito catalán", una experiencia que fue un "rotundo fracaso". Advirtió de que habrá una "bicefalia" en el Gobierno andaluz y, sobre todo, alertó de las "graves consecuencias" de que Andalucía emprenda un "camino propio", al margen del guión del Ejecutivo central y de Bruselas. "No convierta a Andalucía en un fortín frentista porque será negativo para todos", espetó al presidente. Él y su socio de Gobierno ya han dejado claro que cumplirán las leyes pero combatirán las que sean "injustas".


confrontación. La confrontación fue uno de los ejes del rifirrafe político. "Espero que su única agenda no pase por la confrontación diaria con La Moncloa y con Europa", le avisó el líder popular. El presidente de la Junta recordó que es el Gobierno de España "el que confronta con Andalucía" al poner en duda sus cuentas, al recurrir las oposiciones a profesor o la subasta de fármacos. "Rajoy tiene a Andalucía en su objetivo porque no ha votado lo que quería", criticó. Los dos líderes se enzarzaron a cuenta del resultado del 25-M. Arenas se refirió al nuevo Ejecutivo como un "Gobierno de perdedores", una expresión que, según Griñán, "sirve a la derecha de consuelo por un resultado que no esperaba". En su segundo turno, Arenas adoptó un tono más duro, hiriente a veces, y recordó a su adversario que será presidente de la Junta por segunda vez sin haber ganado las elecciones, después de que Manuel Chaves le nombrara en 2009 su sucesor. "El final de su intervención demuestra su estado de ánimo", replicó el dirigente del PSOE-A.
El acuerdo programático de izquierdas estuvo en la diana del presidente de los populares. Calificó de "películas" las propuestas del documento y criticó que todo eso ya se prometió en su día y "fracasó". "Son planes antiguos. Lo venden como algo novedoso cuando es mercancía averiada", afirmó. Arenas censuró un pacto que se asienta en el "reparto de poder" y recordó a los nuevos socios sus diferencias del pasado. "Usted marcaba cada quince días en esta Cámara distancias entre su socialdemocracia y el marxismo. Las barreras saltaron en 24 horas", reprochó a Griñán. También tuvo golpes para Valderas, al que acusó de tragar con la gestión del PSOE por una vicepresidencia y tres consejerías. "Usted dirá: tres consejerías y pelillos a la mar", le dedicó. Griñán le afeó luego esa forma "tan peyorativa de tratar al adversario".


Arenas culpó a los socialistas de que el empleo en Andalucía esté "hundido", con un 33% de paro, e ironizó con que la Junta quiera "exportar" a Alemania, que tiene un 5% de paro, su modelo. "¿Qué pensarán los alemanes?", se preguntó. En su segundo turno, hizo una encendida defensa de la dura gestión de Rajoy, de la que dijo estar "orgulloso", y aseguró que el papel de la derecha en la democracia es "el de sanear lo que ustedes, los socialistas, dejan quebrado". Griñán sostuvo que el PP "no tenía un programa oculto" el 20 de noviembre, sino que estaba "escrito al revés". "Están haciendo justo lo contrario de lo que decían", le reprochó en una incisiva crítica a los recortes del Ejecutivo central.


consenso. A pesar del pimpampum, el líder de los populares garantizó que su partido estará dispuesto a pactar aquello que sea bueno para la comunidad, aunque inmediatamente después volvió a dudar de las cuentas andaluzas. Enumeró hasta siete desafíos prioritarios para la legislagura y no desaprovechó la ocasión para hacer leña con el caso de los Expedientes de Regulación de Empleo fraudulentos, un escándalo que "todo el Consejo de Gobierno conocía", lamentó.


La intervención de Valderas estuvo en las antípodas de la de Arenas. IU ya no es oposición, sino gobierno. El coordinador de la federación de izquierdas asumió que deberán hacer duros recortes pero insistió en culpar a Rajoy del tijeretazo. "Solo acataremos por imperativo legal la política de recortes", advirtió. Dio por hecho que habrá despidos en el sector público pero dejó claro que el Gobierno andaluz no aplicará en esta plantilla la reforma laboral, es decir, que los que salgan de la Junta lo harán con 33 días de indemnización y no con 20. El que hizo una auténtica moción de censura contra el Ejecutivo central fue el portavoz socialista, Mario Jiménez. Alabó la decisión "acertada" de Griñán de mantener las elecciones andaluzas separadas de las generales porque se empezó a ver el "tsunami de recortes". Reprobó que el Gobierno mantuviera "secuestrados" los Presupuestos del Estado hasta después del 25-M. "Rajoy jugó con fuego y Javier Arenas se quemó", dijo.

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