El Comité Federal del PSOE-A ratificará hoy la candidatura de José Antonio Griñán a la Presidencia de la Junta. Entre su proclamación, el pasado lunes, y su confirmación en Madrid, el candidato reapareció ayer con jóvenes socialistas en un acto en el que avisó al PP de que le combatirá con "ideas".
Eligió un formato en el que se encontró cómodo, de pie en la sede regional del PSOE-A y rodeado de chicos de su partido que le preguntaron por la educación, el aborto, la vivienda y los sueños por cumplir. "Los jóvenes deben ser idealistas y las personas de mi edad tenemos que enseñar un poquito de realismo", les dijo. Los invitados no expresaron inquietud alguna sobre el proceso de sucesión de Manuel Chaves, aunque sí curiosidad por los cambios del Gobierno. Ésa fue la única pregunta que rehuyó el futuro presidente, en una rosario de respuestas en las que les dio una lección sobre cómo entiende la política y cuáles son los valores con los que llegará a ser presidente de la Junta.
Se detuvo en esos aspectos "intangibles" que van a ocupar gran parte de su discurso de investidura y que ayer desgranó con tranquilidad, recreándose en los argumentos. La política como "compromiso", como un "poder transitivo para hacer cosas" y no "como oficio", la educación como "fuente de ciudadanía" o la igualdad de oportunidades como eje sobre el que han de girar todas las decisiones a la hora de escoger. Porque les dejó clara una cosa: "La acción política no es una subasta sino un ejercicio de responsabilidad y de elegir prioridades. Es ahí donde está la política y la ideología, en ver qué prioriza uno y qué prioriza el otro".
Dio indicios de que será en este campo en el que dará más batalla al PP: "A mí no me importa cuánto pesa Javier Arenas, qué come, si tiene amigos o no. Mi problema son sus ideas y no las conozco porque es seguidista. Se coloca según las encuestas y yo lo que quiero es saber sus ideas". Fue su primera y única referencia al líder de la oposición desde que es candidato a la Presidencia de la Junta.
Si insistió Griñán en que la política consiste en elegir fue por algo que repite con insistencia que nunca desde que la crisis empezó a mostrar su cara más dura: "Los recursos son escasos. No se hacen imprimiendo billetes sino con los impuestos de la gente".
Con el vicesecretario general del PSOE-A, Luis Pizarro, y su secretario de Organización, Rafael Velasco, infiltrados entre los jóvenes, Griñán volvió a definir el papel que él concede al partido, en un escenario al que los socialistas no están acostumbrados (que el secretario general del PSOE-A no esté en el Gobierno). El sucesor -sin poder orgánico- quiso dejar claro que no va por libre al insistir en que el partido tiene que poner "la luz larga" para ver "lo que hay más allá" mientras que el Gobierno afronta los acontecimientos. Aclaró, eso sí, que hay que distinguir entre un ámbito y otro y gobernar "para todos".
Vestido con un sobrio traje gris y cruzado de brazos al escuchar al interlocutor de turno, desplegó buena parte de su espontaneidad para acercarse a los jóvenes. No sólo les aconsejó en tono paternal que estudien "sin límites" y que no dejen aparcada su formación por un cargo público, sino que perló su intervención de referencias personales, como sus once mudanzas, lo que sus hijos padecieron esos cambios o lo cara que le salió la educación de su hija cuando se fue de Erasmus. "¿Quién es el más neoliberal que habéis conocido? ¿Quién?", les preguntó. Tímidamente, sin querer decepcionar al futuro presidente, en el patio del caserón de la calle San Vicente se oyó el nombre de George Bush. El de Chaves sonó sólo al final del acto, antes de la foto de Griñán dándose un baño de juventud. Alguien le interrogó sobre lo mejor de todas las legislaturas socialistas en la Junta: "Chaves", respondió. Todos aplaudieron.
