Griñán se va para evitar que los ERE “erosionen” más a la Junta

El presidente renuncia para propiciar “el cambio” y por “razones personales”.

el 27 ago 2013 / 22:04 h.

gri?an y susana diaz José Antonio Griñán firmó ayer su renuncia como presidente de la Junta de Andalucía 52 meses después de acceder al cargo y apenas año y medio tras las últimas elecciones. Se marcha y contó otra vez por qué. Lo único diferente a las anteriores comparecencias es que esta vez puso más énfasis en el caso de los ERE, la presunta trama corrupta que investiga un juzgado sevillano y que ha destapado la supuesta malversación de fondos públicos de la Consejería de Empleo durante una década. “Por eso doy un paso atrás, para sacar a la presidencia de la Junta de un debate –en referencia a los ERE– que está siendo un obstáculo para luchar contra la crisis”, pronunció. “El caso de los ERE es un asunto de gravedad del que no podemos pasar página con ligereza”. Griñán, más moreno, menos ojeroso, algo menos delgado, circunspecto, lacónico y punzante en algunas de sus respuestas, llegó puntual a su atril en San Telmo y durante media hora hilvanó sus motivos. Antes, aguantó el tirón de las cámaras, decenas, que buscaban la instantánea. No quiso que le flanqueara ninguno de sus consejeros. No hubo oportunidad de ver a su sucesora, la consejera de la Presidencia, Susana Díaz. Sólo su equipo más directo, sus colaboradores se agolparon al final de la sala de prensa para oírlo. En primera fila el portavoz del Gobierno, Miguel Ángel Vázquez, y su jefa de prensa,Eva Suárez. Griñán dio las consabidas razones para su marcha. Su profunda convicción de que hacía falta un cambio y ceder el testigo a otra generación política. Por eso dijo, ha elegido a Susana Díaz, que a sus 39 años será la primera mujer que ocupe la presidencia de Andalucía. “No puede ser un lavado de cara sino un cambio de ciclo”, sostuvo. “Sé que mi apuesta genera dudas y resistencias”, admitió. Él dijo que le hace especial ilusión ceder el testigo a una mujer y que lo tiene claro. Tan claro como tenía Manuel Chaves que Griñán era la persona más adecuada para presidir Andalucía en un momento delicado y en mitad de una angustiante crisis económica. Griñán defendió que a su sucesora no la ha elegido él, sino el partido, los socialistas y la militancia a través de unas primarias. Es cierto. Han existido primarias pero ni siquiera hubo votación ni disputa entre varios candidatos. Susana Díaz ha hecho una carrera meteórica. Tenía el aval del ya expresidente y el camino recorrido para combatir con éxito los obstáculos y resistencias que podía encontrar en las filas socialistas. Uno de los pocos consejos que dio a su sucesora es que “tendrá que trabajar por la integración y la convivencia de generaciones y géneros”. Pocos más. Al menos en público. “Los consejos se dan en privado ya para que no te hagan caso”, admitió. Quizás lo más llamativo de la comparecencia de Griñán es que desde que en julio anunció su retirada hasta que en septiembre la ha consumado, el caso de los ERE ha cobrado un inesperado protagonismo en su renuncia. Ha pasado de ser un motivo más a casi, por detrás de muchos, a ser la razón principal. Un giro que le permitió ayer a Griñán defender su dimisión como un gesto político sin precedentes. “Aún sabiendo que con la renuncia puedo dar la razón a quien no la tiene, creo que es bueno dar un paso atrás y esperar a la reparación que sin duda llegará”, dijo al hilo del caso de los ERE. “Sé que en España este tipo de gestos resultan prácticamente inéditos y que aunque se reclaman con insistencia, luego cuando llega la hora de la verdad, se miran con desconfianza e incluso se tachan de irresponsabilidad y de extravagancia”, agregó. Con ese nuevo giro, en el que el expresidente se muestra como un político capaz de asumir responsabilidades “para facilitar que el debate político se centre en la crisis y no en los ERE”, el PSOE gana un discurso que utilizará contra Mariano Rajoy y el caso Bárcenas. Ya lo han apuntado los socialistas andaluces, Quizás Griñán con su marcha haya pasado de ponerle un misil en la línea de flotación al liderazgo de Alfredo Pérez Rubalcaba, hablando de la necesidad de que los políticos de la Transición den un paso atrás, a regalarle un argumento a su partido en el ámbito nacional. O eso parece ser que pretenden. Griñán aseguró que no hay razones para su imputación por la jueza que instruye el caso, Mercedes Alaya. “¿Qué se le puede imputar a Griñán, qué delito?”, se preguntó. Su relación con el presunto fraude reside en su etapa como consejero de Hacienda, cuando recibió numerosos avisos de la Intervención General advirtiendo de irregularidades en el reparto de las ayudas. También él fue quien autorizó, como responsable de esta cartera, las ampliaciones presupuestarias que nutrieron los fondos de Empleo que presuntamente se malversaron. Sobre si con él debían salir otros consejeros que también le acompañaron en Hacienda --como Carmen Martínez Aguayo o Antonio Ávila–, el expresidente se negó a valorar cómo debe Susana Díaz conformar su futuro gabinete. En todo momento, Griñán lamentó el “daño personal” y tachó de “profunda injusticia” y de “mentiras dañinas e ignomiosas”, los intentos de vincularlo a la trama. Sobre su futuro político inmediato, Griñán irá al Senado ocupando escaño en la cuota socialista que designa el Parlamento. Seguirá siendo presidente federal del PSOE y también mantendrá su escaño en el Parlamento andaluz. “Mi escaño es mío. ¿Por qué lo tengo que abandonar?”, replicó molesto a la pregunta de si iba a seguir en la Cámara autonómica. Sobre su presencia en el Senado, un gesto que no es baladí y que le permite estar aforado ante el Tribunal Supremo en el caso de una posible imputación en el caso ERE, el dirigente socialista consideró que lo lógico es que el presidente del PSOE tenga escaño en la Cámara Alta. Finalmente ayer la ejecutiva socialista pospuso su designación, que deberá ratificarse en el pleno del Parlamento andaluz, para la próxima reunión. El dirigente socialista tampoco dejó claro si seguirá al frente del PSOE andaluz como secretario general. Se puso de plazo hasta otoño, después de que se celebre la Conferencia Política prevista en el ámbito nacional. Después dejó la puerta abierta. “Luego se verá cómo evolucionan los acontecimientos”. El dirigente socialista sostuvo que cuando el pasado julio anunció en el debate del Estado de la Comunidad que no iba a volver a ser candidato en las elecciones autonómicas todavía no tenía decidida su marcha. También entonces aseguró que iba a agotar la legislatura. ¿Qué ha cambiado? Según señaló, hay “razones personales” que prefirió no desvelar que han acelerado los tiempos. Griñán tuvo palabras de agradecimiento para sus socios, Izquierda Unida, y consideró que no serían deseables unas elecciones en Andalucía ahora. Quizás más adelante. “Hay razones que pueden permitir o no un adelanto electoral pero eso tendría que decidirlo la futura presidenta”.

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