La afición del Betis se portó en general bastante bien con los futbolistas mientras duro el partido contra el Rayo Vallecano. Hubo pitos a Sara tras su fallo en el 1-1 y también a Jordi Figueras después de alguno de sus errores, pero no hubo pitada masiva como tal. Después del choque, sin embargo, un grupo de aficionados se apostó en la salida del garaje que tiene el estadio Benito Villamarín y dedicó insultos y mofas varias a los jugadores que por allí abandonaban la instalación.