Manuel Barea, en el centro, ayer en la inauguración. / El Correo El sevillano Grupo Barea abrió este lunes su nueva superficie cash and carry en Palomares del Río con 7.000 metros cuadrados de sala de venta y más de 22.000 referencias que incluyen, además de la oferta de marisco y pescados congelados, sección propia de productos gourmet, perfumería de alta gama, y área de frutas y verduras. El grupo empresarial de referencia en distribución y venta a hosteleros y profesionales del sector con 73 años de experiencia y más de 35.000 clientes, se refuerza así en la provincia de Sevilla con una nueva planta que duplica en extensión y oferta a la que ya existía en Palomares. En estas instalaciones, que cuentan con 2.500 metros cuadrados de aparcamiento para clientes, Barea ha invertido 7,5 millones, y en su construcción ha apostado por la eficiencia energética y medioambiental tanto en la sala de venta diseñada por Geype Ingeniería, como en la de refrigeración realizada por Equyfrío con medidas tan novedosas como la producción de agua caliente sanitaria a partir del calor residual de los compresores, la instalación de seis centrales frigoríficas con modulación digital que minimizan el consumo eléctrico y mejoran la conservación de los alimentos o la iluminación led. «En Palomares hemos querido incorporar a nuestra forma de entender las mejoras constantes en el negocio, el servicio a los clientes y nuestra presencia en la sociedad, los avances técnicos a nuestra disposición, por eso la importancia de un edificio acorde medioambientalmente y el más cómodo de los cash and carry que existen hasta ahora», explicó el consejero delegado del Grupo Barea, Manuel Barea. Con más de 200 millones de facturación en 2012 y cuatro enseñas comerciales (Manuel Barea, Cash Barea, Cash Colombino y Cash Extremeño), Barea tiene 11 establecimientos en Sevilla, Huelva, Badajoz, Málaga y Cádiz y distribuye a domicilio alimentación, bebidas, droguería, congelados y bacalao en salazón. Produce marca propia con más de 1.000 referencias y para terceros para España y Portugal, y mantiene su carácter familiar, gestionada por la segunda y tercera generación.