Sin saber inglés, viaja por medio mundo y su compañía exporta a 52 países. El director general de Guadarte, fabricante artesanal de muebles, se plantea como principal reto para 2009 la apertura de delegaciones en China y París, que se sumarán a la de Milán.
-A este empresario se le reconoce, sobre todo, su capacidad para vender, sea aquí, sea en Pekín. ¿Qué es el arte de vender?
-Es la capacidad de captar las necesidades del cliente. Si se enamora de algo, lo quiere y no le importa el precio, se le capta dándole una respuesta inmediata, y si es así, casi seguro que se cierra la operación. Si se espera a mañana, el arte se va diluyendo, pues quien el día anterior se ha enamorado, ha sido impulsivo y ha comprado, ahora se lo piensa, sopesa el tema económico, busca alternativas.
-El ser alguien a quien no le importe el precio corresponde, pues, a un cliente de perfil económico medio-alto y alto.
-Sí, es cierto, pero vendemos tanto a personalidades importantes, de la política, de la empresa, del espectáculo, del toreo, como al señor de la tiendecita de Lepe. Las empresas están para siempre y para todos, no para vender hoy a la duquesa de Alba y mañana decirle a usted que no.
-¿Qué es lo más extravagante que les han pedido?
-Un panteón de cerámica. El cliente diseñó su contenido, lo que quería que pusiera, y el color. Dios quiera que tarde en colocarlo, porque es un buen cliente.
-¿Y lo más sencillo?
-Un cojín.
-¿Quien diseña en Guadarte?
-Dos diseñadores en nómina y otros cuatro de gran prestigio, dos nacionales y dos internacionales. Nos gastamos millones en colecciones, en la innovación y en el desarrollo de los productos, pero nos copian muchísimo, y con ello nos hacen mucho daño, pues marean al cliente distorsionando el precio. Si éste compra algo exclusivo y después lo ve en otra tienda y más barato, se desilusiona.
-Se tiende a identificar las copias con China. ¿Hay que irse tan lejos?
-Nosotros no les tememos a los chinos, sino al sector, y sobre todo al sector de Alcalá de Guadaíra. La competencia leal es buenísima, al obligar a hacer las cosas mejor, pero la desleal distorsiona y marea.
-¿Dónde fabrica Guadarte?
-La fabricación se hace exclusivamente en Guadarte, mueble, cristal, forja, tapicería, carpintería... y todo artesanal. Nuestra carpintería es como la de San José.
-Cuénteme su historia.
-Comienza cuando me regalaron una palmera pequeñita. Fui a Triana a comprar un macetón y no lo encontré. ¿Cómo era posible con esos patios que tenemos en el barrio de Santa Cruz? Ahí está el negocio, me dije, fabricarlos ahora pero como antes, a mano. Con un horno de leña que costó 50.000 pesetas, en 1980 comenzamos a hacer macetones grandes y copas, con la mala suerte de que casi todo salía partido y era una ruina.
-¿Por?
-Estábamos en Triana, al lado del río. Yo soy herrero, no entendía de esto, y un químico nos dijo que la culpa era de la humedad, así que nos recomendó que nos fuéramos a un lugar más seco, y el más seco de Sevilla era Alcalá de Guadaíra. E hicimos los macetones que yo quería.
-¿Herrero de los de antes?
-Sí, herrero de los de verdad. Once años trabajando en una empresa de Heliópolis, doce horas y sin faltar ni un solo día, y me siento muy orgulloso. Primero cogía tres autobuses para llegar allí, después me compré una Lambretta de segunda mano, más tarde un 600 y hoy, como todo el mundo, tengo un coche que anda más de 120. Un herrero, sí, pero era muy malo, porque si hubiera sido muy bueno, hoy sería oficial de primera y estaría de soldador haciendo barcos y esperando la jubilación.
-¿Y ahora, cuáles son los números de Guadarte?
-En pleno año de crisis económica, el de 2008, hemos cerrado con 15 millones de euros de facturación y 160 empleados.
-¿Cuándo y cómo se inició la aventura exterior?
-Hace unos 12 años. Nos dimos cuenta de que el mercado nacional lo teníamos muy bien atendido y que, para crecer, era preferible salir fuera. Si los de China venían aquí, pues nosotros teníamos que abrir otros mercados.
-E ir a China.
-Si Dios quiere y con la ayuda de Extenda, abriremos delegación en China este año, a donde ya exportamos y donde hacemos proyectos. En principio pensamos en Rusia, pero es un país de grandes altibajos, China, en cambio, tiene 50 millones de ricos, clientes que quieren un producto diferenciado sin importarles el precio.
-Difícil empresa...
-¿Difícil? No. Nosotros ya tenemos delegación y red comercial en Milán, en la cuna del mueble, el sitio más complicado para vender, y si aquí lo hacemos, será más fácil en otros.
-¿Qué dijeron los de Milán al ver llegar a los de Alcalá?
-Que éramos maravillosos. No se creían que lo hiciéramos todo aquí. Y este año, además, nos implantaremos, también con oficina y red comercial, en París.
-Con sus siete hijos, Guadarte tiene continuidad asegurada...
-Si los siete estuvieran aquí trabajando, la empresa no estaría garantizada, ¿está claro [dirige la mirada hacia uno de ellos, presente en la entrevista]? Este año tendremos protocolo familiar. Quiero que Guadarte siga para siempre.