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Guerra al 'made in China'

Los bazares regentados por inmigrantes, en su mayoría de origen asiático, acaban de ser objeto de una regulación que afectará a los nuevos negocios de este tipo. El gobierno local fue pionero en lanzar una norma comercial por la que prohíbe durante un año la implantación de estos establecimientos.

el 15 sep 2009 / 05:27 h.

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Los bazares regentados por inmigrantes, en su mayoría de origen asiático, acaban de ser objeto de una regulación que afectará a los nuevos negocios de este tipo. El gobierno local fue pionero en lanzar una norma comercial por la que prohíbe durante un año la implantación de estos establecimientos.

Quien pasea por el centro de la ciudad sabe que se trata de establecimientos que abren casi sin descanso los siete días de la semana, incluidos domingos y festivos. Estos bazares, que cumplen horarios inacabables y para los que no existen los festivos, han conseguido adaptarse al modo de vida de los alcalareños. Proliferan sobre todo por el casco histórico, donde cada cuatro negocios uno es un bazar: sólo en la calle Mairena, por ejemplo, hay 10, siete asiáticos y tres magrebíes.

Para impedir la proliferación de estos negocios el Ayuntamiento ha puesto en marcha una ley que prohíbe su ubicación en 24 calles del centro. La regulación fue previamente consultada con la Asociación de Comercios del Centro, que ha visto con buenos ojos esta idea municipal e incluso ha felicitado al alcalde por ello. El presidente de los comerciantes, Javier León, admite que los minoristas están "muy preocupados" por el creciente asentamiento de negocios regidos por asiáticos, que "además de tirar los precios exprimen las horas de apertura de sus locales".

Oferta diversa. El motivo de inquietud de los minoristas radica no sólo en la cuota de mercado de los bazares, sino en el proceso de diversificación de la oferta que están desarrollando los empresarios chinos. De los todo a cien han pasado a establecimientos con productos de alimentación, juguetes y textil. Han comenzado a abrir sus propias zapaterías y al comercio local ya sólo le queda el recurso de "la calidad del servicio, del producto y de la atención al público", explica el presidente de los empresarios.

Otra de las quejas de los comerciantes es que estos bazares ocupan "los mejores locales del centro", según María del Carmen Rodríguez, empresaria de esta zona, quien asegura que la normativa debería haber salido antes de que la zona centro esté "casi ocupada por estos negocios".

Por su parte, el colectivo chino de la ciudad asegura que acatará la ley. "Si vives en un sitio, hay que respetar las normas de ese lugar. Hay que integrarse", respondió ayer el gerente de una de estas tiendas, Xiao Zhu. Según aseguró a este periódico, la mayoría de locales regidos por asiáticos sólo abre "algunos domingos y festivos en épocas de Navidades o carnavales". Aunque no quiere cuestionar la normativa, plantea una duda sobre las consecuencias de esta nueva norma. "¿Dónde va a comprar la gente cuando tenga todo cerrado? Ahora pueden ir al lado de sus casas y encontrar lo que necesitan. Es bueno para ellos y para nosotros".

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