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Guerrero: "No soy cocainómano, ni alcohólico, me gusta un Beefeater de postre"

El exdirector general de Trabajo ha negado que gastara dinero público en fiestas y drogas y ha dicho que se va "con la tranquiliad de haber dicho toda la verdad" tras terminar de declarar.

el 09 mar 2012 / 16:42 h.

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"No soy cocainómano ni alcohólico, lo único que me gusta es el Marlboro y los gin tonic de Beefeater de postre. Algunas tardes me tomo otro". Con estas palabras se ha defendido el exdirector general de Trabajo Francisco Javier Guerrero , el principal imputado en la investigación por las irregularidades en los expedientes de regulación de empleo (ERE), de las acusaciones vertidas por su exchófer Juan Francisco Trujillo, quien aseguró que destinó gran parte de las ayudas que Guerrero le otorgó en "comprar cocaína" para ambos. Guerrero ha negado que no se gastó fondos públicos en copa, fiestas y droga


En las últimas preguntas del interrogatorio, la jueza le ha cuestionado por la cocaína y por si es verdad, como también dijo el exchófer, que al salir del trabajo se iban a bares de copas. Guerrero ha admitido que tras finalizar su jornada laboral iba a algunos bares como el Louisina o Caramelo, "pero tampoco es plan de dar publicidad a los locales" ha dicho en tono jocoso a la magistrada, tras reunirse con empresarios y sindicalistas. Guerrero ha vuelto a utilizar el tono irónico, cuando ha dicho que invitaba a su exchófer, al que "trataba como un hijo", a un refresco o a "una coca... Cola".

El exdirector general, que otorgó a Trujillo más de un millón de euros en ayudas, ha negado saber que las ayudas eran para empresas del exchófer, ya que fue éste quien le solicitó las ayudas y él no le pidió las escrituras de las entidades.También ha negado que a cambio de estas ayudas él recibiera regalos o dinero, afirmando que "no he cogido nunca un duro a nadie en mi vida". "Era igual de hábil para hablar como para engañar", ha dicho del que fuera su chófer.

Para Guerrero estas acusaciones vertidas por su exchófer se deben a "una vendetta o revancha personal", pues él le pidió al viceconsejero que le cambiara de conductor porque solía "incumplir el horario laboral" y por "acudir con indumentaria inadecuada y falta de higiene", recordando que finalmente fue cesado por "finjir una baja". Otra explicación que el exalto cargo da es que "haya unas personas", a las que dijo no poder identificar, "que quieren echar mierda contra mí y lo han gratificado".

Con estas preguntas Mercedes Alaya daba por terminado su interrogatorio, tras el que Guerrero ha hecho un alegato final en defensa de su inocencia. "Me voy con la tranquilidad de haber contado lo que he vivido", asegurando que queda "a disposición de la Justicia" para aclarar cualquier cuestión sobre la Dirección General de Trabajo. Además, ha agradecido a la jueza y a su equipo, asi como a alos abogados personados en la causa la "normalidad y amabilidad" con la que se ha desarrollado su extensa declaración.

Tras sus palabras la magistrada le ha recordado que tendrá que comparecer en el juzgado para declarar cada vez que la Guardia Civil le entregue nuevos atestados para aclarar las posibles irregularidades. La declaración de Guerrero seguirá esta tarde con las preguntas del fiscal, acusaciones y defensas, aunque el exdirector general no tiene previsto contestarlas.

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