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Guía de belenes de Sevilla

Estos son algunos de los mejores nacimientos que puede empezar a ver esta semana. Con una recomendación muy especial: vaya a la calle Cardenal Spínola.

el 05 dic 2010 / 22:18 h.

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Todo lo que tiene de bonito, de entretenido y de abuelesco el nacimiento cuando se monta, lo tiene luego de molesto, de sucio y de engorroso al recogerlo. Esto es una verdad empírica. Termina el día de los Reyes y... ¿qué se encuentra uno en lo que debiera ser su apacible hogar? Una montaña así de envoltorios arrugados; la cartera, los bolsillos y los forros llenos de papelitos amarillos de El Corte Inglés; el cajero automático lleno de dudas acerca de su solvencia; la lengua llena de trocitos de fruta escarchada; la conciencia llena de reproches; y, allí en el aparador, como mirando al inquilino con cierta retranca, un pedazo inmenso de maqueta de un pueblo absurdo que está a 3.797,6 kilómetros de Sevilla, con todas sus montañitas, y sus ríos, y sus patos, y su arboleda, y sus sonámbulos. Vengan cajas, escobas, fregonas, bolsas, altillos, trasteros, como epílogo a las felices fiestas. Y aun sabiendo que esto es así, cada año se repite el mismo ilusionado proceso. ¿Qué puede motivar todo esto, sino el espíritu de la Navidad, para quien crea en él? Pues ese bendito o ese impresentable, según el criterio del observador, acaba de tomar tierra en Sevilla. ¿Y qué es lo primero que hace el sevillano cuando se siente poseído por él, embriagado de su influencia? Visitar nacimientos.

Antes, aunque abundaban, no lo hacían con la profusión de estos tiempos, cuando rara es la empresa o la iglesia que no monta el suyo, por lo general impresionante: el que no reproduce las cataratas del Niágara, cayendo así a chorro al lado del pesebre, erige una réplica a escala de la Florencia del Cinquecento, con todos los Médicis por allí rondando con sus laúdes. Como en asunto de gustos cada cual es su propio soberano, aquí se le ofrece un surtido variado de propuestas de belenes por si le sirven de inspiración tanto para ir a visitarlos por gusto como por copiarles las ideas para reproducirlas en casa. Ésta es la lista:

Círculo Mercantil. Sierpes. Lo más equivalente a lo que en lenguaje cheli se llama una pasada. Clásico, precioso, hecho con amor y con un gusto insuperables. Ya se puede visitar.

Arquillo del Ayuntamiento. El clásico de los clásicos, por su veteranía y su gran tamaño. Era el que iban a ver los abuelos de los sevillanos actuales, dándose, además, la peculiaridad de que le han robado figuras un montón de veces o las cambiaban de sitio los gamberros, cuando no había vigilancia. En 2002 se llevaron hasta la mula. Véalo, por seguir con la tradición.

Convento de Santa Rosalía (Cardenal Spínola). Pásese por allí desde el día 8, en horario de 11 a 14 y de 17 a 20.30, porque todos los años montan unos nacimientos preciosos, bajo el lema de Belén de la Solidaridad. Los instalan personas trasplantadas entre las que se encuentra el maestro belenista Rafael Álvarez. Cada año se inspira en un rincón concreto de Sevilla, y esta vez han elegido el entorno de la antigua Fábrica de Tabacos y la Pasarela. La entrada es gratuita, y a los niños les regalan caramelos y globitos (fíjese: a los chiquillos que lo visitan el 5 de enero, también les dan juguetitos). Y todo, para concienciar. El año pasado recibió más de 70.000 visitas.

Cajasol, Plaza de San Francisco. Otro bellezón. Muy diferente del anterior en todo, con otro estilo, pero con un sello que lo hace singular: es un belén napolitano, con escenas populares de la calle, edificios originalísimos y un misterio de lo más elegante. Lo puede ver desde mañana. De 11 a 14 y de 17 a 20.30.

Hogar Canario, en la calle Alfonso XII, 16. Se podrá visitar a partir del jueves en horario de mañana y tarde y es una adaptación tropical e isleña del nacimiento de Jesús y traslación de la iconografía a los usos propios. Si hace dos años se dedicó a Tenerife, con el Teide al fondo, esta vez la referencia es la isla de Gran Canaria, con las palmeras y el drago como elementos de la vegetación clásica. José María Martínez, uno de los montadores, explicaba anoche que incluye sobre un tablero de 5x5 metros los cauces de los barrancos, roques, cultivos de plátanos en bancales y terrazas, la cueva aborigen y las casas con alpendres y corrales.

Nacimientos de las hermandades. Hay en Sevilla una modalidad de misterio que gusta mucho: los de las hermandades en las iglesias y capillas donde se rinde culto a sus titulares. Es común que para este menester se empleen figuras secundarias de las procesiones, caso del pollino de la Borriquita. Aunque también hay dioramas, nacimientos de mesa... Célebres son los belenes de El Valle, La Trinidad, La Lanzada, La Carretería, El Museo, Los Servitas, La Amargura, Los Gitanos, San Bernardo... Y hablando de lugares sagrados, que nadie se pierda el nacimiento de la Iglesia del Sagrario.

Después de ver todo esto, lo normal es que se deje uno hasta el aliento en la Feria del Belén y erija en su casa una maqueta a escala de La historia más grande jamás contada, montaje del director. Eso sí, no tire las cajas porque luego, cuando se vaya el espíritu, tendrá que recogerlo todo.

Más nacimientos:
Ateneo de Sevilla: Orfila, 14. De 9 a 14 y de 17 a 20 horas.
Colegio Claret: Muy bonito y ya se puede visitar. De 17.30 a 19.30, y los fines de semana de 12 a 14 y de 18 a 20 horas.
Hermandad del Rocío de Sevilla: Impresionante, por original, sencillo y bonito. Un nacimiento con aires rocieros y monumentos reconstruidos donde encontrará mil guiños a las costumbres sevillanas. Ya se puede visitar en el Salvador de 17 a 20 horas.
El Corte Inglés: No deje de ver sus belenes en las marquesinas de entrada, ni se pierda los misterios de los escaparates del centro.

Hermandad del Juncal. Belén sevillano hecho por Javier Roán. Abierto desde el 8 de diciembre hasta después de Reyes. Se puede visitar en la Iglesia de Nuestra Señora del Juncal, en la plaza del Sella, número 8, de 11 a 13.30 y de 18 a 20.30.

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