Fin de la polémica. El presidente del Real Betis, Miguel Guillén, se refirió ayer tras la ofrenda floral al Inmaculado Corazón de María de la Parroquia de San Antonio María Claret a la crisis originada por las declaraciones de Fabricio sobre el encuentro de El Molinón ante el Sporting, en las que el meta canario insinuó que el plantel de Pepe Mel no se empleó a fondo -el once local se adjudicó el triunfo 2-1- en la penúltima jornada del ejercicio anterior. "El tema se ha gestionado bien", defendió el dirigente heliopolitano.
Uno de los temas que se había sopesado era sancionar, en base al código de disciplina interno, al arquero, aunque, a su juicio, las declaraciones "no son motivo de sanción". "El club cree que responden más a un malentendido que a otra cosa", dijo con templanza. Sobre la presunta lesión que impidió la participación del de Las Palmas en el amistoso ante el Benfica, Guillén fue explícito. "Claro que estaba lesionado. Cuando me reuní con él vino con un vendaje en la mano", añadió. El área de salud de la entidad, sin embargo, no emitió ningún parte facultativo sobre la dolencia.
"Él está sorprendido por el follón que se ha montado y, al mismo tiempo, arrepentido", expuso. El presidente explicó el porqué de la demora de la reunión con el jugador, que se prolongó durante 36 horas pese a la sobresaliente trascendencia de las acusaciones. "Actuamos con responsabilidad ante un tema bastante delicado y grave", opinó antes de matizar que "al día siguiente de las declaraciones tuvimos un acto oficial en el Ayuntamiento y, luego, el amistoso ante el Benfica, por lo que lo atajamos en cuanto pudimos".
"Si volviese a suceder, el club tiene claro que actuaríamos de la misma forma", se disculpó públicamente antes de restar relevancia al caso. "Lo más importante es que el chaval se ha arrepentido", puntualizó.
"Queríamos escuchar al jugador, fue importante vernos cara a cara, y el hombre no tenía la más mínima intención de poner en duda la honorabilidad de sus compañeros ni del Betis. Hay que tener un cuidado especial al expresarse en los medios", aseguró en forma de consejo. Y sobre cuál es su deseo para el próximo curso, Guillén expresó que imploró la ayuda divina para "vivir un año tranquilo". "He pedido que seamos capaces de poder cumplir el objetivo que nos hemos marcado", manifestó.
"Hay que tener claro que estamos todos en el mismo barco", indicó antes de referirse a la calidad del plantel. Guillén, fiel al mensaje oficial de la entidad, repitió el discurso del director deportivo, Vlada Stosic. "Claro que tenemos mejor equipo que el año pasado", defendió con vehemencia. "Durante la pretemporada se ha podido ver que los nuevos fichajes van a aportar muchísimo", espetó. "Nos dimos cuenta de las necesidades que había y se ha fichado para cubrirlas", insistió.
Mensaje a Mel y Stosic
Y, de la misma forma que el consejero José Antonio Bosch, Guillén emitió un claro mensaje a Pepe Mel y el serbio Vlada Stosic, que protagonizaron su enésimo desencuentro en el caso Roque Santa Cruz. "No es un tirón de orejas a nadie, es la realidad", dijo en alusión a la charla que mantuvo con ambos. "En el club tenemos que cuidar la comunicación y la imagen y no podemos permitir que cada uno vaya por su cuenta", criticó. "Tenemos que mejorar en eso. Que prime el sentido común", reiteró con semblante serio. "Estamos todo en el mismo sitio, en el mismo barco y, si se hunde el barco, nos hundimos todos", recalcó.
