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Gürtel: La ‘correa’ que casi ahogó al PP

El partido negó durante meses la trama de corrupción, que lo ha tenido contra las cuerdas.

el 29 dic 2009 / 11:16 h.

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Mariano Rajoy se ha pasado más de medio año desmintiendo la (presunta) implicación de más de una decena de sus dirigentes con Francisco Correa y la trama corrupta Gürtel (correa en alemán) hasta que a fines de septiembre 17.000 folios de sumario judicial empezaron a hablar. Fue entonces cuando esa correa casi termina por asfixiarle.

Tanto se les complicó el caso que en el último mes y medio, el PP ha presentado un pacto contra la corrupción y ha renovado su código ético. Todo para evitar un caso Gürtel que negó durante gran parte de este 2009.

Hasta el pasado 6 de febrero Francisco Correa era un auténtico desconocido. Poco o nada se sabía de este empresario cuando el juez Baltasar Garzón puso en marcha esta operación contra la corrupción, el blanqueo y el tráfico de influencias en Boadilla del Monte, Majadahonda, Valencia, Marbella y Sotogrande, que vinculó a cargos del PP. Entre los cinco detenidos de aquel día estaba el cerebro de la trama: Francisco Correa. Pronto comenzó a circular por las redacciones de los periódicos una sorprendente fotografía: Correa vestido de chaqué el día de la boda de Alejandro Agag y Ana Aznar, la única hija del ex presidente del Gobierno José María Aznar (PP).

Hoy sabemos que Francisco Correa era El Padrino (Don Vito como le gustaba que le llamasen) de una red mafiosa que primero se servía de su habilidad en las relaciones públicas para corromper con dinero y regalos a algunos líderes del PP y luego usaba esas mismas relaciones para el chantaje. Algunos de sus dirigentes más importantes se sirvieron de él y él se sirvió del partido para obtener unas ganancias bárbaras. Las mismas que el juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Antonio Pedreira, busca en los principales paraísos fiscales.

Un asunto pendiente. Del caso Gürtel, con ramificaciones en Valencia, Madrid, Galicia o Castilla y León, hay más de 70 imputados y todavía tienen que hablar el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) -que mantiene imputados a varios ex alcaldes del PP en la Comunidad y a tres diputados de la Asamblea regional- y el Tribunal Supremo, que investiga los posibles delitos cometidos por el senador y ex tesorero Luis Bárcenas -que se vio obligado a dimitir en medio de un gran escándalo- y el diputado Jesús Merino, ambos aforados.

El levantamiento del secreto de una parte del sumario en septiembre abrió una crisis sin precedentes entre el PP valenciano y Génova (la sede nacional del partido). Ni siquiera la imputación en febrero del presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, junto a algunos de sus más estrechos colaboradores por unos trajes que le regaló la trama de Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez El Bigotes a cambio presuntamente de obtener la organización de los eventos del PP en la Comunidad Valenciana mermó la relación entre ambos líderes. Hasta que las conversaciones intervenidas se hicieron públicas y comenzaron a dañar peligrosamente la imagen del PP.

A Rajoy no le gustó ver las primeras páginas de los periódicos con frases como "¿Ricardo (Costa, ex secretario regional del PP valenciano) sabe cómo quiere el coche?" que Pablo Crespo, número dos de la red, le pregunta a El Bigotes, o las ya célebres "te quiero un huevo" o "amiguito del alma" con el que el propio Camps mostró su agradecimiento a El Bigotes. Además un informe policial incluido en el sumario acusaba al PP valenciano de financiación irregular. Rajoy exigía la cabeza de Ricardo Ric Costa, pero se encontró con la oposición de su hasta ahora uno de sus hombres más leales: Camps.
Después de muchas tensiones, Ricardo Costa fue destituido el 13 de octubre y Camps se vio obligado a reorganizar el partido y el Gobierno. Y la relación de Rajoy y Camps se quebró. El Supremo aún tiene que pronunciarse sobre el recurso de la Fiscalía contra el archivo de la causa contra Camps. Y en enero otra parte importante del sumario verá la luz, entonces Rajoy comprobará cuánto aprieta la correa.

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