Local

Habla Romagnoli

Otra vez hemos tenido la suerte de acoger a Umberto Romagnoli entre nosotros, en un seminario de jueces de lo social para hablar del futuro del Derecho del Trabajo. Este catedrático de Bolonia es uno de los grandes de la disciplina en Europa, fundador más que de una escuela de un movimiento...

el 15 sep 2009 / 18:02 h.

Otra vez hemos tenido la suerte de acoger a Umberto Romagnoli entre nosotros, en un seminario de jueces de lo social para hablar del futuro del Derecho del Trabajo. Este catedrático de Bolonia es uno de los grandes de la disciplina en Europa, fundador más que de una escuela de un movimiento, de una manera de entender las relaciones laborales y la solidaridad social que tiene seguidores en todo el mundo. Muy vinculado con España, hemos sido decenas los laboralistas españoles que hemos pasado por sus clases, por su casa, por su revista; y se encuentra entre nosotros en casa, entre amigos y discípulos. Supo, con otros grandes de su generación, reconstruir el Derecho italiano y adaptarlo a los valores de la República; comprendió la lógica de las relaciones laborales y la aplicó a la legislación, permitiendo reconocer el papel de los sindicatos y de la acción colectiva.

Siempre lo ha entendido como un Derecho a la medida del hombre, como un instrumento para la igualdad y la solidaridad. Con su magisterio y su honradez intelectual ha hecho de Bolonia el centro de los estudios laborales italianos, y quizás europeos. Una cantera de grandes juristas que han hecho de Italia una potencia académica e investigadora en este campo. Lo ves y no puedes dejar de pensar en Fellini. Tienen un aire. Destilan lo mismo. También Romagnoli ha sabido crear un universo propio, que no protagonizan ni sus fantasías ni sus fantasmas, como pasaba en el del cineasta, sino trabajadores y sindicatos, ciudadanos en un sistema económico y productivo hostil y cruel. El maestro habla, con un discurso pausado e ingenioso; tiene la voz ronca, a estas alturas, y un acento del norte que no te facilita la comprensión. Te cautiva. Te enseña las cosas de una manera tan clara que te preguntas cómo se te habían podido escapar. Le pone nombre a aquello que sabes que está ahí, pero que no te atreves a denominar. Te hace pensar. Te hace sonreír. Te hace verlo todo más claro. Te hace sentirte orgulloso de lo que eres, de tu trabajo y de tu vocación. Hoy, ya mayor, sigue joven y trabaja sobre el gran desafío para los trabajadores en el siglo XXI, la globalización, estando, como siempre ha estado, en la vanguardia.

Catedrático de Derecho del Trabajo miguelrpr@ono.com

  • 1