La activista fue desalojada el sábado por la fuerza del Aeropuerto de Arrecife pese a no contar con pasaporte, incautado por las autoridades marroquíes. Por este motivo, Haidar presentó en la comisaría de Arrecife (Lanzarote) una denuncia contra Marruecos por expulsión ilegal, otra contra las autoridades españolas por secuestro al obligarla a entrar en el país en contra de su voluntad y una tercera denuncia contra la compañía aérea Canarias Aeronáutica y el comandante del vuelo que la desplazó a Lanzarote por trasladarla a un destino desconocido, obligándola a viajar a España en contra de su voluntad y pese a que había comunicado que estaba en situación irregular.
Haidar denunció además a la Guardia Civil por los malos tratos recibidos en el aeropuerto, cuando los agentes la obligaron con violencia y en silla de ruedas a desalojar sus instalaciones. La activista asegura que su deportación desde El Aaiún se realizó con la complicidad entre los gobiernos marroquí y español e inició anoche una huelga de hambre que sólo interrumpirá cuando se le garantice su retorno a El Aaiún, donde está su familia.
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, insistió ayer en que Haidar "tiene tarjeta de residencia en España", aunque no esté en posesión de su pasaporte, por lo que defendió la legalidad de su entrada en territorio español.
Sin embargo, la abogada Inés Miranda, asesora de Haidar, afirmó que la tarjeta de residencia le fue concedida por razones humanitarias, únicamente para recibir atención médica. "Esta tarjeta humanitaria no se puede volver contra su titular, obligándola a estar en un territorio donde no quiere estar", argumentó .
Haidar fue deportada en avión a Lanzarote después de su llegada el pasado viernes a El Aaiún, capital del Sáhara Occidental ocupado por Marruecos, acompañada por dos periodistas españoles, Pedro Barbadillo -natural de Sevilla- y Pedro Guillén. Los tres viajaron juntos el viernes desde Las Palmas de Gran Canaria a El Aaiún.
