Verónica Frías, una joven de 25 años con una hija de cuatro, murió en la madrugada de ayer apuñalada por su expareja en Málaga, convirtiéndose en la séptima víctima andaluza por violencia machista en lo que va de año (la número 31 en el conjunto de España). Esta vez la víctima sí había presentado denuncias por malos tratos, pero luego se había reconciliado con su agresor, con quien volvió a convivir hasta la última paliza. Verónica había sido atendida por el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) en dos ocasiones: la primera de ellas en octubre de 2009, tras presentar una denuncia contra su expareja por agresiones físicas, y la última, hace sólo unos días, después de activar el Hospital Regional el correspondiente protocolo por violencia de género. La chica rehusó la pasada semana alojarse en una casa de acogida tras sufrir la última agresión de su expareja, y optó por quedarse provisionalmente en casa de sus padres. El supuesto agresor fue detenido ayer por la Policía.
Una imagen del exterior del edificio donde ayer fue apuñalada mortalmente Verónica Frías. / Foto: Daniel Pérez
La coordinadora provincial del IAM, Estefanía Martín Palop, explicó ayer que la víctima acudió el pasado día 20 al hospital por una agresión, activándose el protocolo sanitario establecido para estos casos, que prevé el envío del parte de lesiones al juzgado y la comunicación al IAM. Dos días después fue atendida por el equipo de trabajo social y psicólogos del IAM, que le ofrecieron que se hospedase en una casa de acogida, recurso que ella rechazó porque «se sentía segura» en la casa de su padre, ubicada en la capital malagueña, y optó por no denunciar a su expareja.
Aunque ella no denunció, en estos momentos se estaba tramitando una denuncia de oficio por la que ella habría sido citada a declarar próximamente en los juzgados. El IAM ya había atendido a la joven en octubre de 2009, tras una denuncia por una agresión sufrida cuando se encontraba embarazada de la hija que tiene en común con el supuesto agresor, que ahora tiene 4 años, explicaron a FE fuentes del entorno de la víctima. Entonces sí ingresó en una casa de acogida, de la que se marchó dos días después tras pedir el alta voluntaria para irse a casa de sus padres, según Martín Palop. En el seguimiento que se llevó a cabo de la víctima siempre comunicó que todo iba «normal», por lo que desde 2009 el IAM no había tenido constancia de ningún hecho relevante hasta el pasado 20 de julio, cuando recibió asistencia sanitaria.
La chica, de nacionalidad española, trabajaba como camarera en una cafetería, y hasta hace poco convivía con el supuesto agresor en una vivienda de la barriada malagueña de Puerto de la Torre.
El cadáver de la joven fue encontrado en la madrugada del lunes con una herida de arma blanca en el abdomen en el portal de un bloque de pisos situado en el número 5 de la calle Pintor Ramos Rosas de la zona de Ciudad Jardín, según informaron fuentes policiales y del servicio de emergencias sanitarias del 061. Efectivos sanitarios acudieron a las 2.48 horas al lugar tras recibir el aviso de la Policía, pero no pudieron hacer nada por salvar la vida de la mujer. La Junta condenó esta muerte, que eleva a 31 las víctimas mortales registradas en España en lo que va de año, siete de ellas en Andalucía. El IAM recordó ayer «a todas las mujeres y menores víctimas de violencia de género que no están solas, y las anima a denunciar para poder poner en marcha toda la red de protección y para que puedan recuperar sus vidas y las de sus hijos e hijas, libres de violencia».
El Defensor del Pueblo Andaluz abrió ayer una queja de oficio por la muerte de la joven. La oficina de Jesús Maeztu mostró sus condolencias por este nuevo caso de violencia de género en Andalucía y se suma a la denuncia pública. Maeztu insistió en la necesidad de que «se refuercen» las medidas precisas para proteger a las víctimas del machismo, y animó a denunciar.
