El Ike, un ciclón de categoría tres, avanza hacia las Bahamas con vientos de 195 kilómetros por hora y podría enfilar después hacia el sur de Florida. De hecho, el gobernador de Florida, Charlie Crist, declaró ayer el estado de excepción. Mientras tanto, la tormenta Hanna, que ya ha dejado 136 muertos a su paso por Haití, se acercaba ayer a la costa sureste de EEUU. "Es una tormenta tropical muy fuerte y la diferencia con un huracán menor es muy pequeña", dijo a Efe John Cangialosi, meteorólogo del Centro Nacional de Huracanes (CNH). Una tormenta tropical se convierte en huracán de categoría uno en la escala de intensidad Saffir-Simpson, de un máximo de cinco, cuando tiene vientos máximos sostenidos de 119 kilómetros por hora.
Por su parte, el "extremadamente peligroso" ciclón Ike ha perdido algo de intensidad tras bajar sus vientos máximos sostenidos a 195 kilómetros por hora, aunque "se espera que se convierta en un huracán mayor en un par de días", indicó el CNH.
Drama en haití. Mientras tanto, miles de personas llevan cuatro días sin agua potable ni alimentos en Haití tras el paso del huracán Gustav y de la tormenta tropical Hanna, según informó el director de Intermon Oxfam en el país caribeño, Vincent Maurepas, quien precisó que el acceso a las zonas más afectadas es "imposible" y que las autoridades locales no tienen capacidad para hacer una evaluación de daños.
"La situación es muy complicada, sobre todo en la región de Artibonite, en el norte del país, y especialmente en la ciudad de Gonaives", señaló Maurepas, quien estimó en 650.000 los afectados por los destrozos.
