Hasekura se sienta en la mesa en Espartinas

Medio centenar de personas inauguran una ruta que sigue los pasos del samurai en Sevilla

el 28 oct 2014 / 21:05 h.

Domingo Salado, Javier Landa, un touroperador japonés y José Japón durante el almuerzo del siglo XVII. Domingo Salado, Javier Landa, un touroperador japonés y José Japón durante el almuerzo del siglo XVII. El samurai Hasekura Tsunenaga volvió a sentarse ayer en la mesa. No él, obviamente, sino su espíritu. Aquel que hace 400 años llegó a España por el Guadalquivir para asentar las bases de una embajada –la denominada como Keicho– que no llegó a buen puerto. Pero ahora, cuatro siglos después, tras un año dual en el que se ha querido conmemorar aquel viaje que pretendía estrechar los lazos entre España y Japón, parece que la semilla que un día plantó el samurai está germinando. Por eso, ayer, la Hacienda San Luis de Mejina –que un día visitó Hasekura– acogió un almuerzo de la época en la que estuvieron presentes touroperadores, medios de comunicación, así como las administraciones públicas con el objetivo de inaugurar el programa turístico Tras la huella de Hasekura, que recorrerá los pasos de la Expedición Keicho, que organizan el Ayuntamiento de Espartinas y la empresa turística Perfiles de Sevilla. La ruta se iniciaba de buena mañana a los pies del Archivo de Indias, en la capital hispalense. Allí, la responsable de Perfiles de Sevilla, Isabel Fernández, les explicó el motivo por el que Hasekura Tsunenaga tuvo que desembarcar en Sevilla: y es que, en aquella época, Hispalis, gracias a su arteria fluvial, era el centro económico del mundo. Desde el corazón de la capital, el cortejo que ayer formaban cerca de 40 personas vinculadas al desarrollo y la promoción turística partieron hacia Coria del Río, lugar donde hace 400 años empezó la aventura hispalense del nipón. Una vez en Coria del Río, municipio donde más se palpa la seña nipona –no hay más que conocer a algún que otro coriano que se apellide Japón–, la nueva expedición subió los 33 escalones que conducen hasta la ermita del Cerro de San Juan Bautista. Este edificio sacro, según Fernández, «respeta casi intacta la estructura de la ermita mudéjar original, que conocieron aquellos que viajaban con Hasekura». Además, allí visitaron la estatua que conmemora al samurai. Después de mucho investigar, Ángel Luis Schlatter, descubrió que Hasekura también había visitado Espartinas durante su expedición, concretamente la antigua Hacienda Mejina –hoy dividida en dos– y en el Monasterio de Loreto. Lugares que, por supuesto, también visitaron ayer. Para hacer más realista esa visita, los viajeros degustaron una comida típica de la época –garbanzos con tallos, carne a la brasa y frutas de temporada– con un menaje de barro digno de la época en la Hacienda San Luis de Mejina. Tras este festín, la expedición se dirigió al Monasterio de Loreto. Con esta ruta, que se pondrá en marcha para los turistas el próximo 14 de noviembre, el Ayuntamiento de Espartinas pretende «dar a conocer nuestro patrimonio a un público que hasta ahora no accedía a la comarca del Aljarafe y que no es otro que el japonés», explicó ayer la concejal espartinera de Innovación, Aurora Baena. Después de que hace dos años el Consistorio apostara por este tipo de turista, el trabajo «está dando sus frutos y ya tenemos cerradas las visitas de varios grupos», aseguró Baena; y es que en «Espartinas y en el Aljarafe tenemos un patrimonio muy interesante, suficiente para convertir el turismo en una fuente de riqueza importante».

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