¿Cuántos años necesitamos para terminar esta durísima travesía del desierto en la que el Real Betis está moviéndose desde hace ya varios años? ¿Hasta cuándo tendremos que soportar la insoportable mediocridad que caracteriza al Real Betis, que, más que sufrir, deambula por la Primera división de España?
Hasta cuándo vamos a escuchar y padecer el tribalismo de las diferentes sensibilidades verdiblancas, que más se asemejan al ejército de Pancho Villa en plena revolución mexicana en el siglo pasado que a un club de fútbol de una de las ligas más poderosas del planeta futbolístico?
Ya sea por el desgaste lógico en la gestión, por el cambio de ciclo o por los nuevos retos que un club profesional debe encarar con garantías, la visión que se tiene del Real Betis Balompié es que es un eterno improvisador, en donde únicamente el azar o la providencia divina proporcionarán el buen juego y resultados. Y como esto no es así, veremos quién tiene la capacidad de darle la vuelta a la tortilla. Pero? ¿Hasta cuándo?
