Cultura

«Hay circuitos a los que no accedes si no es con una candidatura a los Goya»

El sevillano Fernando Arduán sueña con volver de Madrid con una estatuilla gracias a ‘De cerca del mar’, perteneciente a la banda sonora de ‘Alegrías de Cádiz’ de Gonzalo García Pelayo.

el 04 feb 2014 / 23:30 h.

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Fernando Arduán, retratado por Jaime Roldán. Fernando Arduán, retratado por Jaime Roldán. Todo en la carrera musical de Fernando Arduán parece a simple vista producto de la casualidad, de esos azares que a veces se conjuran para obrar el milagro. Sin embargo, basta rascar un poco en la labor de este sevillano de 36 años para entender que el talento y la constancia han pesado más que la fortuna. Y a ellos le debe, sin duda, el estar el próximo domingo en la gala de los premios Goya como candidato a la Mejor canción original por De cerca del mar. «La noticia de que habíamos sido nominados fue una sorpresa, no lo esperábamos para nada», recuerda el cantante. «Ten en cuenta que se trata de una película muy pequeñita, muy underground. Pero dio la casualidad, o la suerte, y ahí estamos». Claro que para estar ahí, antes hubo que recorrer un largo camino desde que aterrizara en el barrio de Los Remedios y se dejara atrapar por el espíritu de la Curro Silver Barber. Estudió guitarra, piano y violonchelo antes de fundar su primera banda de rock, bautizada como El Ático del Cielo. Sin embargo, su nombre no empezaría a sonar con fuerza hasta que, en los primeros años del presente siglo, pasó a integrar el colectivo de cantautores La Cávila junto a compañeros como Adolfo Langa, Pedro Sosa y Carlos de Juan, y poco después lanzaba su debut discográfico –autoproducciones aparte–, titulado Avenida Michigan. La notable altura artística de este disco hizo afirmar a expertos como Fernando González Lucini cosas como esta: «Fernando Arduán acumulaba, y acumula cada vez más, todas las características imprescindibles para convertirse en un gran autor y en un magnífico intérprete», dijo el autor de Crónica cantada de los silencios rotos. «Yo hacía música, tocaba por ahí, hasta que un buen día recibí una llamada del estudio de Manuel Marvizón, diciéndome que habían escuchado lo que hacía y querían verme. Fueron ellos los que me contactaron», afirma el músico. Aquellas diez canciones le abrieron las puertas de nuevos públicos, pero sobre todo le pusieron en contacto con unos productores que han seguido apostando por Arduán hasta hoy: Gonzalo e Iván García Pelayo, el propio Marvizón y Bernd Voss. Por eso no fue nada extraño que GonzaloGarcía Pelayo le telefoneara para contarle el proyecto de su nuevo filme, Alegrías de Cádiz. «La película se basa de hecho en una canción mía que ya estaba escrita, Pepa, pero Gonzalo me pidió más música. Por supuesto, acepté. Y cuando llegó la hora de presentar la candidatura a los Goya, decidimos probar suerte». Ahora, Arduán se prepara para la cita del domingo preguntándose si podrá traer en el AVE de vuelta un «cabezón» de bronce. «Uno lo que hace es aceptar lo que venga. Gracias a la nominación tengo bastante trabajo, eso ya es algo. Lo demás lo vivo con una mezcla de nervios, ganas y curiosidad. Si no me lo dan, no pasa nada. Y si me lo dan, diré alguna barbaridad y me iré». Las rivales de De cerca del mar no son poca cosa: el rap 15 Años y un Día de Arón Piper, Pablo Salinas y Cecilia Fernandez Blanco del filme homónimo; Aquí sigo, de Emilio Aragón y Julieta Venegas, de la película A night in Old Mexico; y Do you really want to be in love? de Josh Rouse, perteneciente a La Gran Familia Española. «Los que tengo enfrente son unos bichos, además con películas muy potentes en la industria. Será complicado ganar», dice el sevillano, quien antes de poder dedicarse a tiempo completo a tocar y a componer ha trabajado durante mucho tiempo en el campo de la medicina. «Ahora hay gente importante que se está interesando por mi música. Está claro que hay circuitos a los que no accedes si no es con una candidatura a los Goya», concluye Fernando Arduán, quien no obstante es consciente de que no corren los mejores tiempos para el oficio: «La música no está bien pagada ni valorada. Me temo que ha caído bastante», apostilla.

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