¿Sabía usted que los hombres que comparten las tareas del hogar mejoran la armonía en la pareja y podrían tener una vida sexual más satisfactoria? Es lo que dicen los expertos. Pero algunos, ni por ésas. No sólo en el ámbito doméstico se ven hoy día injusticias. Formalmente la mujer y el hombre son iguales ante la ley, pero la realidad social es muy distinta y, "aunque se avanza a paso firme, a veces los pasos se dan con demasiada lentitud", afirma María González, de 27 años. El Correo ha salido a la calle y ha preguntado a diez ciudadanos, con la sana intención de intentar hacer una radiografía social: ¿Aprueban o no los sevillanos en materia de igualdad?
La respuesta, igual que la cuestión, es compleja. El espectro social es demasiado amplio y todas las generalizaciones que se hagan al intentar emitir una conclusión será una injusticia en ella misma. Hay hombres de 20, 40 y 60 años que, no sólo barren, cocinan, planchan, llevan a los niños al colegio y lloran desconsolados al ver Los puentes de Madison, sino que al hacer todo eso no dicen estar "ayudando" a la pareja, sino que lo hacen por iniciativa propia, sabedor de que en una casa tiene que arrimar el hombro hasta el perro. La mascota, por ser mascota, sólo ha de procurar no hacer sus necesidades donde le plazca, que no es poco.
Lo cierto es que las nuevas generaciones, tanto ellos como ellas, están más concienciados. Sólo hay que atender a las palabras de la joven María José Benítez. "En mi casa mi madre limpia y mi padre cocina", dice, "Pero cuando yo me case tengo claro que los dos vamos a hacer todo." Hoy día que la mujer trabaja también fuera de los cuatro muros del hogar, el reparto de tareas se hace imprescindible. Las generaciones de mujeres que vivieron el cliché de ama de casa casi como una obligación, son las autoras de frases como Yo me dedico a mi casa y a mi marido, y ya está. Concepción Elvira, de 78, o Juanita Blas, de 61, son dos de esas féminas entregadas en cuerpo y alma al bienestar de su familia. Y no hay ningún problema en ello, siempre y cuando no sea una imposición.
Cinco hombres y cinco mujeres con edades comprendidas entre los 20 y los 78 años son reflejo de una sociedad cambiante, más justa. Ser diferentes es bueno, pero sin clichés, que sensibles somos todos.
Ls preguntas son: 1. ¿Quién barre, plancha o cocina? 2. ¿Quién lleva los asuntos del banco? 3. ¿Quién lleva al hijo al médico o va a las tutorías del colegio? 4. ¿Crees que te valoran más en el trabajo que a tu pareja? 5. ¿Son las mujeres más cotorras y los hombres menos sensibles? Ellos y ellas han respondido así:
Nombre y apellidos. Jorge López.
edad. 20 años.
dónde vive. En la Avenida de la Buhaira.
profesión. Estudia Arquitectura.
1. Mi madre lo hace todo, pero mi padre es quien barre. 2. Mi padre. 3. Mi madre. 4. En el caso de mis padres, por igual. 5. Las mujeres critican más. Nosotros somos algo más cerrados.
Nombre y apellidos. Concepción Elvira.
edad. 78
años.
dónde vive. En Granada.
profesión.
Ama de casa.
1. Yo lo hacía todo, él sólo trabajaba. 2. Él. 3. Yo era la que los llevaba. 4. No, creo que hombres y mujeres son tratados igual. 5. Mi marido hablaba menos que una mesa. Ellos también lloran.
Nombre y
apellidos. Juanita Blas.
edad. 61
años.
dónde vive. En el barrio de la Macarena.
profesión.
Ama de casa.
1. Barremos los dos, pero el chef es él. 2. Él, yo nunca he tocado un papel. 3. Yo, porque él trabajaba. 4. Hay desigualdad. 5. Yo hablo mucho, pero él no es mudo. Mi marido es sensible.
Nombre y
apellidos. Juan Carlos Rodríguez.
edad. 36 años.
dónde vive. En el municipio de Los Palacios.
profesión. Es empresario.
1. Mi mujer, porque no trabaja. 2. A medias. 3. Ella. Yo muy pocas veces. 4. En mi caso no puedo comparar, pero creo que sí hay igualdad. 5. Son más cotorras, pero igual de sensibles.
Nombre y
apellidos. María José Benítez.
edad. 20 años.
dónde vive. Villaverde del Río.
profesión. Es estudiante de Empresariales.
1. Mi madre limpia y mi padre cocina. 2. Los dos. 3. Mi madre es quien me acompaña. 4. Las mujeres están menos valoradas por la carga de los hijos. 5. Charlatanes somos todos, pero nosotras somos más sensibles.
Nombre y apellidos. José Alonso.
edad. 28
años.
dónde vive.
En el barrio de Nervión.
profesión. Ahora está buscado trabajo.
1. Yo. 2. Los dos. 3. Cada uno cuando puede. 4. Sí, creo que los hombres estamos más valorados. 5. No, a mí también me encanta hablar. Creo que somos igual de sensibles.
Nombre y apellidos. Juan Manuel Rodríguez.
edad. 22 años.
dónde vive. Brenes.
profesión. Estudiante de Auxiliar de Enfermería.
1. Mi madre, mi padre sólo de vez en cuando. 2. Los dos. 3. Mi madre. 4. Sí, porque el hombre tiene más fuerza. 5. Las niñas son más marujas y los hombres menos sensibles, es verdad.
Nombre y
apellidos. María González.
edad. 27
años.
dónde vive.
En el Porvenir.
profesión.
Educadora en un Centro de Menores.
1. Mi madre y yo, mi hermano no ayuda nada. 2. Mi madre. 3. Los dos. 4. No, creo que estoy igual de bien valorada que él. 5. Somos más charlatanas. La sensibilidad depende del carácter.
Nombre y
apellidos.
Juan Antonio Cano.
edad. 66 años.
dónde vive. En la Macarena.
profesión.
Jubilado. Antes era administrativo.
1. Barremos los dos, pero plancho y cocino yo. 2. Yo. 3. Ella. 4. No, creo que nos tratan de igual forma. 5. Sin duda, las mujeres no se callan nunca, y los hombres somos más cerrados.
Nombre y
apellidos. Pepi Nogales.
edad. 60
años.
dónde vive. En Gerena.
profesión. Es ama de casa.
1. Yo, mi marido no hace nada de nada. 2. Yo me encargo de todo. 3. Ya son mayores, pero antes los llevaba yo. 4. Mis hijos trabajan y creo que están bien valorados. 5. Ellos también hablan mucho. Depende de la personalidad.
