Jóvenes al día

«Hay personas con problemas de salud que no son atendidos»

A pesar de ser la más veterana del equipo de voluntarios de esta asociación, se trata de la miembro más activa y con más disposición para ejercer su voluntariado. Médico de profesión, Emilia siempre saca tiempo para acudir a la sede a ayudar a las personas más vulnerables

el 20 sep 2014 / 08:00 h.

Imagen Imagen 2-Vanessa001 copiaLa ONG Médicos del Mundo de España se constituyó oficialmente en 1990, año en que se aprobaron sus programas y presupuesto propios. Médicos del Mundo comenzó a trabajar en proyectos de inclusión social en España unos años antes, como una delegación de la francesa Médecins du Monde. Desde sus comienzos ha intervenido con población socialmente excluida –prostitutas, inmigrantes, personas sin hogar– a través del acercamiento físico y humano mediante la utilización de unidades móviles. Su labor no sólo se centra en la dispensación de material preventivo. En las unidades móviles se desarrollan actividades de educación para la salud y se deriva a las personas a los servicios sociales y sanitarios públicos. Además de las actividades llevadas a cabo en España, Médicos del Mundo también desarrolla intervenciones en países del tercer mundo, siempre en consonancia con los medios y organizaciones de estos países. Los voluntarios han sido una parte casi indispensable para que esta ONG se haya convertido en todo un referente entre las entidades que promocionan la cooperación y la salud de las personas. Es el caso de Emilia Suárez, médico de profesión y la más veterana de este grupo de personas solidarias y comprometidas con la salud de las personas necesitadas. ¿Por qué y desde cuándo ejerces tu voluntariado con esta ONG? ¿Cómo llegaste hasta ella? Llegué hasta ella porque en el centro de salud donde yo era médico de familia empezaron a formar al personal sanitario sobre cómo acoger a inmigrantes. Eran los años 90, todavía no había mucha inmigración y se intentaba preparar a los sanitarios para atenderlos, ya que no había seguridad social universal como ahora. A partir de ese acercamiento que me pareció muy interesante, empecé a colaborar con ellos. Al principio incluso pasábamos consulta en la sede para dar cobertura a estas personas que no tenían derecho a la sanidad. De este modo, yo ponía en práctica los conocimientos que tenía y estas personas recibían la ayuda que necesitaban. En la actualidad es algo parecido, aunque haya cobertura sanitaria para los inmigrantes en nuestra comunidad, hay personas excluidas socialmente que necesitan una ayuda personalizada en relación con su salud y que quizás no encuentren en el sistema sanitario. ¿Puedes hablarme de los programas de voluntariado? Los programas han ido cambiando al igual que lo han hecho las necesidades de la sociedad. El programa más básico es el de sensibilización, con intervenciones en colegios de Sevilla y provincia para niños inmigrantes procedentes en su mayoría de la zona del Magreb y de Sudamérica, y para sus madres, muchas de ellas cuidadoras de personas mayores, a las que se ha formado sobre temas relacionados con su trabajo de ancianos, para que pudieran mejorar su profesionalidad como cuidadoras. Otro ámbito muy importante ha sido la atención a las personas que ejercen la prostitución. Las unidades móviles han sido la principal forma de trabajo con este colectivo: nos desplazábamos con una furgoneta a los alrededores de los clubes y atendíamos problemas de adicción o prostitución. La sensibilización también se lleva a cabo a través de cursos educativos sobre atención psicológica y sanitaria. En la actualidad nos centramos además en la realización de la prueba de VIH por saliva o la prueba de hepatitis. También se está llevando a cabo ayuda a la compra de los medicamentos que han dejado de ser gratuitos para inmigrantes, personas sin hogar, pensionistas: Médicos del Mundo afronta esa parte que no está financiada por la seguridad social, siempre en función de las necesidades de esa persona. ¿En qué consiste tu voluntariado en Médicos del Mundo? Ahora estamos preparando un taller que se lleva a cabo sobre mujeres y salud mental, elaboro los cursos y los llevo a cabo. Acudo unas dos veces por semana, una media de cuatro horas al día. También colaboro con el programa de ayuda a la compra de alimentos. También he salido con la unidad móvil, aunque ahora menos, principalmente cursos de sensibilización y la atención en la sede. ¿Cuál es el perfil de las personas a las que ayudas? Generalmente son personas adultas, de 45-50 años, que por diversas circunstancias viven en la calle y pasan algún tiempo en albergues sociales. Personas con VIH en tratamiento pero con recaídas y personas con dependencia a las drogas o el alcohol y sin apoyo familiar ni social. Actualmente me centro en estas personas. ¿Qué objetivo perseguís con las personas usuarias de esta ONG? Sobre todo compartir algo que la sociedad desconoce, que existen personas con necesidades especiales y problemas de salud que no son atendidos por ésta. No sólo tapamos agujeros sino que tratamos de hacerlos visibles. ¿Cómo?, actuando, mientras hacemos a estas personas públicas, sin esconder que existen. ¿Qué te aporta realizar voluntariado con estas personas? Sentirme persona. No dejo de sentirme bien cada vez que presto mi ayuda las personas. Me aporta alegría, tristeza, vida, me hace estar viva y me permite intercambiar conocimientos y experiencias. ¿Has vivido alguna situación complicada? Complicadas no, dolorosas sí. Me han llegado a venir personas con una herida muy profunda y me han dicho que sólo necesitaban una venda, y te das cuenta de que tiene una herida grande. ¿Qué haces? Pues es complicado, porque estas situaciones te afectan. Tienes que tener claro hasta dónde llegas, porque no puedes implicarte con esa persona. A veces te da rabia el que estas situaciones se den. Eso es lo más complicado. Personas totalmente desorientadas que vienen aquí pidiendo ayuda, inmersas en un bucle del que no pueden salir debido a la legislación existente y a la falta de recursos. ¿Te ves realizando tu voluntariado en unos años? Llevo muchos años y me he ido adaptando a la evolución del voluntariado, creo que seguiré haciéndolo. También mientras me lo permitan mi cuerpo y mi mente. Mi ánimo me lleva a seguir aquí y espero verme en unos años siguiendo con este voluntariado.

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