Cultura

“Hay puristas que te tachan por tener un gran repertorio"

Entrevista con la soprano Ruth Rosique, que esta semana interviene como solista en los conciertos de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla abordando 'Egmont' de Beethoven.

el 22 ene 2014 / 21:51 h.

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La soprano Ruth Rosique. / Pepo Herrera La soprano Ruth Rosique. / Pepo Herrera

Saludada hace unos años como una de las sopranos con mayor proyección, Ruth Rosique, natural de Sanlúcar de Barrameda, regresa hoy y mañana (20.30 horas) al Teatro de la Maestranza como invitada solista en el séptimo concierto de abono de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. En él, junto al Concierto para cuarteto de cuerdas de Schoenberg, se escuchará la Obertura Leonora nº1 y toda la música incidental de Egmont de Beethoven, donde participará la cantante acompañada desde el podio por el mexicano Carlos Miguel Prieto.

–No es Egmont una de las obras más populares de Beethoven. –Dicen que el tiempo olvida justamente pero... yo tampoco querría ser del todo injusta con esta partitura que tiene momentos realmente bellos. Es cierto que no es de las mejores del genio y, comparada con la Sinfonía nº9, esta música es casi irreconocible. Pero ahí queda, como testimonio de un Beethoven que aún no había abrazado completamente el romanticismo.

–Tiene usted una particular relación con ella. –Sí, porque me llamaron para sustituir a la estupenda soprano Julia Varady que iba a cantar la obra en Valencia hace ya algunos años. El narrador iba a ser el histórico Dietrich Fischer-Dieskau. Yo estaba completamente emocionada pero... lamentablemente, él también canceló.

–¿Cómo lleva eso de haber sido en no pocas ocasiones soprano de urgencia? –Tengo una gran capacidad para leer muy rápido una partitura, por eso me llaman. Pero se lleva mal porque así solo se puede aspirar a cubrir el expediente. Un día de la pasada temporada salía del dentista y me encontré unas llamadas perdidas. Eran del Teatro de la Maestranza. Una hora después estaba en el escenario para cantar el Réquiem de Mozart. ¡Ni los músicos lo sabían! Raquel Lojendio intentó actuar hasta el último momento, pero no se encontraba bien y finalmente la suplí lo mejor que pude.

–En todo caso actuaciones así y su amplio repertorio dan la medida de su versatilidad. Lejos quedó aquella época en la que parecía una cantante especializada en música antigua. –Tengo que hacer mucha gimnasia vocal para pasar, en solo unas semanas, del Donizetti que he cantado en el Teatro Real, al Purcell que acabo de hacer en Málaga. Ahora Beethoven aquí, en nada Albéniz y poco después haré ópera francesa en París. Tanta versatilidad es buena y es mala. Por ejemplo, hay puristas de la música antigua que, en cuanto ven que abordas otros repertorios te tachan inmediatamente de la lista. A mí me interesa probarlo todo, aunque la voz es como tu cuerpo con la ropa, sabes que hay cosas que no le sientan tan bien. A mí Haendel y Mozart me sientan maravillosamente, pero también me gusta mucho Britten. Creo que abordar obras tan diversas te hace crecer mucho como intérprete.

–¿Cómo le afecta al estilo tanto cambio de tipo de música? –Lo cuido muchísimo, para mí el estilo es fundamental, seguramente lo más importante de todo. Hay cantantes que, por ejemplo, cantan Mozart fuera de estilo, y eso se nota rápidamente. Creo que un experimento interesante sería hacer una misma música interpretada con seis estilos diferentes para que el público viera cómo cambia.

–¿Cuál cree que ha sido el salto cualitativo más importante de su carrera? –Hubo un antes y un después de que abordara el personaje de Pamina de La flauta mágica de Mozart. Noté que mi voz creció considerablemente con él. Y me encantaría hacer Carmen, tengo la dramaturgia, pero no la voz.

–A pesar de su cercanía geográfica, no se prodiga en exceso en el Maestranza... –No canto mucho aquí, tiene razón, la última vez que hice ópera fue hace seis años. Al contrario que en Alemania, donde existen muchas compañías estables en los teatros de ópera que afrontan la gran mayoría de lo que se programa, en España los cantantes profesionales tenemos que buscarnos la vida con conciertos aquí y allá, donde nos llaman.

–¿Cómo es la situación actual, en cuanto a la música, en Italia, país en el que habitúa a actuar? –Le diré que hay óperas que he cantado allí hace más de un año y que todavía no he cobrado. Y hablo de teatros importantes. Lo que se está viviendo en Italia a nivel cultural es verdaderamente dramático. Aquí en España en cierto modo se ha hecho mejor: si no hay dinero para pagar se programa menos o nada. Conozco a cantantes padres de familia que lo están pasando verdaderamente mal, casi obligados a actuar sin la certeza de cobrar.

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