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'Hay que aburrirse de niño para ser más autónomo de adulto'

Rocío Ramos-Paúl, la psicóloga de Cuatro, participa hoy en unas jornadas educativas en Sevilla.

el 27 nov 2009 / 20:31 h.

Rocío Ramos-Paúl.
-¿Va a aconsejar a padres y abuelos que dejen a sus niños aburrirse?


-Aconsejar poco porque no me gusta, pero sí que les hablaré de las ventajas que tiene el aburrimiento, una emoción muy importante que se debe promover para fomentar en los más pequeños la autonomía y la capacidad de tomar decisiones.


-Entonces, ¿cuánto tiempo al día debe estar aburrido un niño?

-[Risas]. Depende de cada caso porque hay niños más creativos que solucionan antes la emoción, y otros que al ser más dependientes necesitan que estén con ellos. Pero sí que sería interesante que dispongan de un tiempo concreto en el que deban organizar por sí mismos lo que van a hacer, sin que entren en juego los padres. El fin de semana, por ejemplo, es un buen momento para ello.

-Los niños que siempre andan ocupados y no se aburren, ¿estarán menos preparados para afrontar situaciones difíciles como el paro?

-Por supuesto. Desde que se es pequeño es necesario contar con hábitos y normas pero también con un esquema de solución de problemas. Así, cuando se es adulto, existe la capacidad para afrontar dificultades como el paro, una ruptura sentimental y hasta la gestión de la hipoteca. Cuanto antes se interiorice el esquema de enfrentarse a un problema, elegir una opción y ponerla en marcha, mejor.

-¿Cuántas actividades extra escolares son recomendables?

-Más de tres son muchas, porque el niño debe tener alguna tarde libre. Está bien que desarrollen capacidades en áreas como inglés, música o deporte, todas muy beneficiosas, pero no en todas a la vez.

-Los niños, ¿son cada vez más maleducados?

-Yo creo que los niños de ahora tienen mucho en común con los de antes. Es cierto que evolucionan diferente y tienen mayor tendencia a la rabieta y a saltarse las normas, pero también es verdad que los padres recurren cada vez más a la ayuda de un profesional cuando no encuentra la solución.

-¿Están más descontrolados porque apenas pasan tiempo con sus padres?

-Es una realidad social que en buena parte de los casos los dos trabajan y la conciliación de la vida laboral y familiar es complicada, pero la solución está en que el tiempo que los padres pasen junto a sus hijos, que debe ser diario, sea de calidad. No vale eso de como es tarde y estoy candado, pues le doy el puré para que acabe pronto y se duerma. Hay que dedicarle tiempo, darle alimentos nuevos, obligarlo a masticar...

-¿Algún castigo que surta especialmente efecto?

-No soy partidaria de utilizar este método, aunque soy consciente de que se abusa de él porque es el que tenemos más a mano. Pero existen otras soluciones. En el intervalo de 0 a 6 años es muy positivo reforzar y reconocer todo lo que queremos que el niño siga llevando a cabo, y obviar lo que no queremos que repita. Ante comportamientos inadecuados, por ejemplo, es conveniente no atender -al regañarle ya le estamos prestando atención- lo que no queremos que haga.

-¿Por qué cree que ha aumentado el número de niños que pegan a sus padres?

-Hay muchos factores: la falta de reconocimiento hacia la figura de los padres; la falta de habilidad para resolver conflictos y sentarse a hablar, lo que deriva en violencia, etcétera.

-¿Qué hay del sobrepeso y la obesidad infantil?

-En el caso del sobrepeso, va muy ligado al picar entre horas y los malos hábitos alimenticios. Sobre la obesidad creo que es mucho más oportuna la aportación de un experto en la materia.

-¿Qué opinión tiene de los comedores escolares?

-Si los niños tienen que ir que vayan. Ahora los menús están muy pensados y el cole facilita ese hábito de comer a la misma hora, en la misma mesa y con un número de platos determinado que hay que acabarse. Todo esto contribuye a que no aparezca el sobrepeso.

-Y el mejor regalo para estas Navidades...

-Es bueno que, al margen de disfrutar de esos momentos mágicos en los que ellos son los protagonistas, el niño aprenda a ser consciente de lo que le hace falta y no, lo que prefiere, que sea responsable de sus pertenencias y aprenda, por ejemplo, a organizar su habitación cuando ya han llegado los Reyes. Pero, sin duda, el mejor regalo que se les puede hacer es aquel que les permita jugar con sus padres, que es lo que más les gusta.

Que la tele no haga de canguro
¿Cómo influye la televisión actual en la educación del niño? La psicóloga Rocío Ramos lo tiene claro: depende del uso que se haga de ella. "Puede estar bien si los adultos controlan el tiempo de visionado y sus contenidos, porque además les permite descansar en ese intervalo". Pero puede ser "muy negativa si se usa como canguro, tal y como está ocurriendo con las nuevas tecnologías en general", explica la Supernnany.

En cuanto a las dificultades que encuentran los padres de hoy para educar a sus hijos, la cosa va por edades: hasta los 3 años los problemas tienen que ver con los hábitos, el sueño y la alimentación; de 2 a 3 años las rabietas son difíciles de controlar; de 6 a 8 años cuesta trabajo que los pequeños sean conscientes -y los padres consecuentes con ellas- de que existen normas y limitaciones; y a partir de ahí todo suele girar en torno a los deberes y el rendimiento escolar.

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