De profesión tornero y de vocación ayudar a los demás, ya sea como sindicalista o como vecino comprometido. Antonio Andrades (Cerro del Águila, 1947) inicia un nuevo proyecto al frente de la veterana asociación Unidad de Bellavista. El pasado mes de octubre asumió la presidencia y se ha embarcado en el difícil proyecto de imprimir nuevos aires al movimiento asociativo para reconciliarlo con la ciudadanía tras años de progresiva desaceleración participativa en los que todo se ha logrado con movilizaciones. Toda una vida en la reserva activa y ahora da el paso al frente y se coloca en primera línea del movimiento vecinal... Acabo de cerrar una etapa de mi vida [por su trabajo sindical en CCOO] y ahora con 66 años me sentía en deuda con mi barrio por no haberle podido dedicar algún tiempo más en ayudar a resolver los problemas diarios de los vecinos. Siempre he estado en segunda o tercera línea, pero nunca en la primera como sí han estado otros compañeros desde 1970, fecha en la que se aprobó la junta colaboradora municipal de Bellavista, la primera asociación vecinal que se legaliza en Andalucía. ¿Cómo ha encontrado la asociación vecinal? En los últimos años, desde 2003 se ha estado actuando con dificultades por la generalizada caída de la participación vecinal que se ha dado en la mayoría de las asociaciones. El movimiento vecinal fue una pieza clave durante la transición y, aquí, sobre todo, sirvió para cubrir las necesidades básicas de la barriada, como pavimentación, agua potable, alcantarillado, guardería... Muchas de ellas seguían sin cubrirse 24 años después cuando, en 1994, nos reunimos un grupo de vecinos para dar la voz de alarma, pues pagábamos impuestos como ciudadanos de primera pero seguíamos teniendo servicios tercermundistas. A partir de ahí, la cosa dio un giro y llegan las primeras inversiones y los primeros logros. ¿A qué cree que se debe esta creciente apatía vecinal? Es un desencanto generalizado de los ciudadanos a incorporarse a los movimientos asociativos. Hay apatía a todo lo que sea participación. También, en Sevilla, han influido los hechos vividos en la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos de Sevilla. Hay que corregirlo cuanto antes y más en el contexto actual como el que vivimos [por la crisis económica]. ¿Y cómo se corrige? No es sólo un reto de la asociación vecinal, sino de toda la sociedad. Creo que se debe predicar con el ejemplo y ser coherentes con los que se dice y después se hace. Que vean que la asociación de vecinos es un instrumento útil en defensa de sus problemas e intereses. Tenemos que actuar todos con coherencia y responsabilidad. ¿Y cómo se traduce esta filosofía en el leguaje llano? En buscar fórmulas de acercamiento con los vecinos a través de la página web, las redes sociales o las hojas informativas en las que continuamente se rindan cuenta a los socios y al conjunto de los vecinos. O recuperamos la idea de que es necesario organizarnos, o vamos a tener muchas dificultades para que nuestras propuestas se abran camino. Bellavista ha estado siempre en tierra de nadie. Estamos al sur del sur y lo que tenemos es por las movilizaciones. ¿Qué queda de aquellas reivindicaciones históricas de 1994? El nuevo centro de salud, frente a la rotonda de los Jardines de Hércules;zonas verdes en los terrenos próximos a Cuarto, pues el barrio no tiene pulmón verde; la comisaría de Policía, está aprobada pero no termina de ver la luz;la apertura del centro de servicios sociales, anunciado para este nuevo año; la recepción por parte del Ayuntamiento del núcleo urbano Nueva Bellavista Los Naranjitos, cuyos vecinos tienen que sufragar de su bolsillo el mantenimiento de los jardines; y, una causa reciente pero igual de prioritaria, el mantenimiento de algunos colegios, como el Lola Tamayo que tiene comprometido un comedor escolar para el próximo curso. ¿En qué influye la actual crisis al listado de demandas? Ayuda poco. De hecho, hemos detectado que ha aumentado de manera alarmante el número de familias que rozan el umbral de la pobreza: más de medio centenar. Desde el Ateneo de Bellavista, en el que participa la inmensa mayoría de las asociaciones del barrio, se está realizando una campaña de recogida de alimentos para entregarlos a Cáritas, además de la actividad del comedor social que funciona desde hace un año. ¿Cuál es la hoja de ruta de la nueva directiva vecinal? Priorizar los problemas que tienen los vecinos, por encima de cualquier interés político, personal u de otra índole. Hemos elaborado un decálogo con 25 problemas urgentes, de los que hemos entregado 12 al distrito, entre los que están la apertura del centro de servicios sociales, el comedor escolar para el Lola Tamayo o la comisaría. ¿Qué postura hay ante la propuesta rechazada de hacer un ALDI en la Venta de Antequera? Hemos pedido una reunión con Patrimonio para que nos explique los motivos. No obstante, creemos que un súper más en el barrio supondría más problemas que beneficios.