Economía

«Hay que generar empleo en los pueblos; aquí hay calidad de vida»

De cara a la reforma de la PAC, Miguel Castellano, presidente de la Asociación para el Desarrollo Rural de Andalucía, reclama un sistema «menos bucrocrático» para gestionar y agilizar los fondos.

el 20 mar 2011 / 19:54 h.

Castellano preside los grupos andaluces de desarrollo rural.

-Estamos en vísperas de la reforma de la PAC (Política Agraria Común), que abarcará también los recursos que se destinan al desarrollo rural. ¿Qué espera?
-Que la nueva PAC no esté basada sólo en el llamado primer pilar, compuesto por ayudas destinadas a la agricultura, sino que abarque todos los intereses que se dan cita en el medio rural, el campo visto en su globalidad. Esperamos que la ficha financiera sea adecuada, más que ahora, que el sistema sea más sencillo, menos burocrático, menos complicado, que se respete el modelo de gestión de los grupos de desarrollo rural, dado que representan a toda la sociedad que vive en las áreas rurales, y que sea una política territorial integral, de cohesión, haciendo hincapié en la diversificación económica y en la mejora de las condiciones de vida de los pueblos.

-¿El campo es más que agricultura?
-Por supuesto. Cuando surgen las políticas de desarrollo rural a final de los ochenta, lo hacen para buscar alternativas al sector primario y, de esta forma, fijar la población al territorio, con una mejora de las infraestructuras, de los servicios sanitarios y educativos, de apoyo a los emprendedores, de mejora del medio ambiente... Pero en ese desarrollo rural la agricultura y ganadería siguen siendo piezas claves, al igual que el medio ambiente.

-Pues Asaja de Andalucía critica muchas veces las políticas de desarrollo rural y cuestiona, por ejemplo, que se destine dinero a construir tanatorios...
-Si las critican, se critican a sí mismos, porque en los 52 grupos de desarrollo rural de Andalucía está presente Asaja y se adoptan por unanimidad las decisiones. Yo creo que hay dos Asajas, una a pie de territorio que apoya y participa y otra, representada por algún dirigente, que no habla con sus socios. El ejemplo del tanatorio ya está superado y, por cierto, un tanatorio es un servicio más en los pueblos.

-¿Pero preferiría una política de desarrollo rural europea separada de la agraria?
-Creo que la política de desarrollo rural lleva implícita esa política agraria. De hecho, la andaluza es de las pocas comunidades cuyos grupos de desarrollo rural gestionan recursos que proceden del primer pilar de la PAC [ayudas a los agricultores], como las subvenciones para modernizar las explotaciones, y también aquéllos destinados a la competitividad de la industria agroalimentaria. Por tanto, se debería romper ya el discurso que, sin rigor, dice que no respaldamos al medio agrario. Lo hacemos, y encantados. Nadie ha quedado fuera de la composición de los grupos de desarrollo rural, están todas las organizaciones del campo, Asaja, UPA y COAG, además de los empresarios a través de la CEA.

-Si no hubieran existido los fondos rurales, ¿hoy habría desierto en muchos pueblos de la comunidad andaluza como en otras?
-No es una exclusiva de estos fondos, sino también de otros, de toda una política que ha apostado por mejorar la calidad de vida en los pueblos. Y si no se hubiera hecho, sí, se habrían perdido municipios como en otros lugares de España.

-Una encuesta de la Consejería de Agricultura revelaba el pasado año que los ciudadanos andaluces consideran que hay más calidad de vida en los pueblos que en las ciudades.
-Y estoy de acuerdo. Vivimos de una forma más sostenible, más saludable, e incluso el acceso a los servicios sanitarios o educativos es más rápido en los pueblos que en algunos barrios de la ciudad. ¡Si hasta las redes sociales, como Facebook o Tuenti, realmente las hacemos en la calle, pues nos conocemos todos!

-Entonces, ¿en las áreas rurales qué queda por hacer?
-Cohesionar más, emprender un esfuerzo para resolver los problemas que persisten en algunas zonas, mejorar sus equipamientos sociales, sus infraestructuras, y seguir atendiendo las demandas de los municipios. No todo es un paraíso, hay lógicamente claroscuros.

-¿Cuáles?
-El empleo, o su ausencia, es, hoy por hoy, el principal. Hay, sin embargo, oportunidades para la generación de empleo que se deberían aprovechar, y pienso, por ejemplo, en el desarrollo de la Ley de Dependencia, en la construcción de polígonos industriales, en las nuevas tecnologías, en seguir poniendo en valor la agroindustria... El empleo, pues, debemos priorizarlo para rejuvenecer la población, para que los jóvenes encuentren oportunidades de futuro en sus pueblos, para que sigan retornando quienes un día tuvieron que irse y para que las zonas rurales sigan atrayendo a quienes no quieren vivir en las ciudades, y no al revés.

-¿La llegada de neorrurales sigue existiendo?
-Sí, pero no es una avalancha, ya sabe usted, la crisis... Pero continúa, sobre todo atraídos por la calidad de vida. Sin embargo, hay que darles motivos para que sigan llegando, motivos que pasan fundamentalmente por crear y mantener el empleo. Un pueblo no necesita dos físicos nucleares, y seguramente tendrán que trabajar en la ciudad, pero hay que crear puestos para aquellos jóvenes que no aspiren a estudiar Física Nuclear.

-Al hablar de los pueblos, se piensa sobre todo en los sectores agrícola y agroindustrial y en las casas rurales. ¿Está todo copado en turismo rural?
-A medida que avanzan los estudios de las áreas rurales surgen más oportunidades, al aumentar la oferta turística cultural, patrimonial, gastronómica, deportiva, de turismo activo, de tradiciones, etcétera. En este sentido, hemos estado más pendientes de recibir visitantes en las zonas rurales que de generar productos, ampliar la oferta, para que, de esta manera, se queden más días. Y en esto estamos porque el turismo rural, insisto, contribuye a crear una red de oportunidades que debemos, por supuesto, aprovechar.

«Del PER nos hemos beneficiado todos»

-De Despeñaperros para arriba, decir medio rural andaluz es mencionar el Plan de Empleo Rural (PER). ¿Es una rémora para el desarrollo?
-Un rotundo no. Soy un defensor del PER, ahora Programa de Fomento de Empleo Agrario, Profea. Permitió crear un sistema de protección para los trabajadores eventuales del campo, los que, aunque quisiesen, no podían ni pueden trabajar todos los días porque la agricultura es así, y necesitaban y necesitan una renta para subsistir.

-Siguen sin verlo así, a los calificativos vertidos por políticos de otras comunidades me remito...
-Del PER nos hemos beneficiado todos. Cuando las peonadas no se cubrían en el campo, se arbitró un sistema de ayudas para obtenerlas, por ejemplo a través de la mejora de las infraestructuras de los pueblos, y de esa mejora, insisto, nos beneficiamos todos, no sólo las familias de los eventuales agrarios, aquí, en Andalucía, y en Extremadura. ¿Que hay que mejorar algunas cuestiones? Sí, pero eso no implica, en absoluto, una rémora ni excusa para que el PER sea sistemáticamente atacado.

-¿Cuántos grupos de desarrollo rural hay en Andalucía?
-52. Es la región de Europa con un número mayor y, además, la que más recursos gestiona.

-¿Cuál es el importe?
-De aquí a 2013 serán 430 millones de euros. Se asignan a proyectos aprobados por unanimidad y en el arco parlamentario andaluz existe consenso respecto a sus políticas.

-¿Es también la comunidad que más apuesta por las políticas rurales?
-Soy también vicepresidente nacional de las agrupaciones de desarrollo rural y le puedo asegurar, sin lugar a dudas, que sí. Y no podría ser de otro modo. El 90% del territorio andaluz es rural, la mitad de la población vive en áreas rurales y unos 680 municipios andaluces son rurales. Hemos atesorado experiencia y Andalucía, de hecho, complementa la propia Ley estatal de Desarrollo Sostenible del Medio Rural.

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