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Hay que invertir en Justicia

Parece que todo el mundo conoce la fórmula magistral para hacer posible que realmente la Justicia sane y mejore en imagen, calidad y prestación de servicios, todos salvo aquellos a los que les compete su dosificación y aplicación efectiva.

el 15 sep 2009 / 04:36 h.

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Parece que todo el mundo conoce la fórmula magistral para hacer posible que realmente la Justicia sane y mejore en imagen, calidad y prestación de servicios, todos salvo aquellos a los que les compete su dosificación y aplicación efectiva. La solución se basa en tres remedios fundamentales: dinero, dinero y dinero. Resulta evidente, claro y meridiano que se ha de invertir en Justicia si se pretende superar la situación de colapso que padece.

Con esa inversión e inyección de dinero, en primer lugar se conseguiría dotar de recursos, sedes judiciales modernas, que por ahora sólo están en proyecto o en la fantasía y anhelo de quienes desde tiempo inmemorial las venimos reclamando, medios materiales de los que se carece, como servicios de mediación y puntos de encuentro familiar. Con la segunda dosis del remedio, se conseguiría disponer de un sistema informático a la altura de los tiempos en que vivimos, que evite la descoordinación que provoca errores, que no pueden ser imputables a los jueces que no pueden controlar lo que se escapa a su conocimiento.

Por último, con la última atención del tratamiento de choque, se podría hacer realidad el contar con plantillas de personal suficientes, con funcionarios preparados, formados y cualificados, resultando vergonzoso que actualmente se cubran plazas con interinos que jamás han trabajado en un juzgado y que carecen de la más mínima formación jurídica; funcionarios a los que se estimule y retribuya dignamente, lo que potenciaría su rendimiento. No atender esas necesidades, dar la espalda a esa realidad, haciendo demagogia del problema, es hacer un mero brindis al sol. Dinero pues, es lo que demanda una Justicia enferma y convaleciente por abandono de los responsables de poner los medios para que recupere su buena salud, que no son los jueces, víctimas, más al contrario, de esa situación.

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