Menú
Local

«Hay que renunciar a los beneficios. Toca hacer inversiones, sembrar»

El presidente de Ayesa, la firma sevillana de tecnología, acaba de publicar Crónicas de un país que se creía rico, su repaso a la crisis económica en tono crítico -«España es un país aún con carencias, sobre todo de infraestructuras»- pero optimista: «Es hora de hacer sacrificios, trabajar duro y sembrar».

el 18 mar 2010 / 19:56 h.

TAGS:

José Luis Manzanares.
-A pesar de las previsiones y de los anunciados brotes verdes, aún estamos en medio de la crisis económica y con más de cuatro millones de parados en España. ¿Es usted optimista sobre las soluciones a esta situación?
-De esta crisis sólo podremos salir con mucho esfuerzo y mucho trabajo. Yo me muestro optimista porque creo que la gente está deseando superar esta situación. El problema es que no deja de transmitirse la idea del hundimiento y hay que difundir la contraria: que ahora es más necesario que nunca ser valientes, el espíritu emprendedor, ser optimistas... Somos un país que ha naufragado y tenemos que nadar y nadar hasta salir a flote. Lo que no podemos es abandonarnos a no hacer nada porque esto se ha hundido y ya no hay quien lo salve, eso no porque si no nadamos, y mucho, nos ahogaremos. Eso está claro.

-Todo eso exigirá también un cambio de mentalidad.
-Debe cambiar la conciencia de todo el mundo: empresarios, trabajadores, bancos, gobiernos... no se libra nadie.

-¿En qué tienen que cambiar los empresarios?
-Estamos viviendo una etapa en la que las empresas tienen que renunciar a los beneficios.

-Pero ante eso, cualquier empresa responderá que están para eso, para ganar dinero y no para perderlo.
-Pero yo no hablo de perder dinero, sino de invertir. Estamos en un momento en el que las empresas tienen que salir fuera, hacer negocio en el exterior, innovar, crear cosas nuevas. Hay etapas en las que hay que recoger y otras en las que no y ésta es una de ellas. Lo que toca ahora es hacer inversiones, es el momento de sembrar.

-Pero, ¿qué sembrar?
-Como digo, hay que invertir en expandirse, en nuevas líneas de negocios, en crear nuevos productos y servicios... sin ir más lejos, en el tan cacareado I+D+i. Sobre todo, es el momento de generar empleo porque éste es el problema más acuciante de la sociedad ahora y quienes tienen que crear empleo son las empresas.

-¿Cuál es el principal riesgo para que todo esto no se produzca?
-Que tengamos una actitud pasiva. Estamos muy mimados porque en los años 90 creímos que éramos un país rico y no lo éramos. Tener esa actitud acomodaticia puede ser lo peor en estos momentos.

-¿Y por qué no éramos ricos y nos lo creímos?
-Un país no es rico cuando tiene mucho petróleo, mucho gas o muchos recursos naturales; es rico según la actitud de su gente. Por eso Alemania es rica y Argentina, con todos sus recursos naturales, no lo es. En España, si uno mira las infraestructuras, se da cuenta de que no está en un país tan rico.

-¿Qué carencias detecta?
-Hay muchas carencias aún, sobre todo de comunicaciones y de agua. Evidentemente, no hay las mismas demandas que hace 20 o 30 años, cuando no había casi nada, pero las hay. Las infraestructuras de agua, por poner un ejemplo, llevan más de 20 años paradas y ahora, con todo lo que ha llovido este invierno, con las inundaciones, con las riadas, nos hemos dado cuenta de que hacían falta, de que no las tenemos.

-¿Es compatible todo lo que usted propone con la actual crisis por la que atraviesa el sistema educativo en este país en todos sus niveles?
-El sistema educativo vive la crisis, precisamente, de un país que ha estado mimado: ¿A quién hemos mimado? Pues a nuestros hijos y no hemos dejado que se lleven un disgusto, se lo hemos dado todo hecho...

-¿Qué hay que hacer para cambiar eso?
-Es el momento de darle a esto la vuelta porque un país mimado no hace más que mirar a su Gobierno, a los empresarios, a los bancos, a todo el mundo, para pedirle que arregle la situación, pero lo que tiene que hacer la generación actual es luchar como hizo la mía en los 60 y los 70 para sacar este país adelante, porque nadie va a hacerlo por ellos. Echo de menos el espíritu que tuvimos las generaciones de aquellas décadas, que conseguimos con mucho trabajo, muchos sacrificios y mucho sudor hacer de España una de las primeras potencias económicas del mundo. Quizás hoy se ha perdido el sentido del esfuerzo y del sacrificio.

-Usted dice que las empresas tienen que salir en un mundo como el de hoy, globalizado y con un mercado mundial. Sin embargo, se vive una etapa de repliegue y de protección debido a la crisis económica. ¿Corren el riesgo los países occidentales de perder su hegemonía debido al auge de las economías asiáticas y países como Brasil?
-Si el desarrollo de Occidente sigue pasando por el consumismo ciego y por mirarse el ombligo perderá su primacía porque estará prescindiendo de la justicia social. Sostenibilidad significa que el mundo que se legue a las generaciones futuras esté en las mismas condiciones y contenga las mismas oportunidades que el actual. Sin justicia social esto es imposible.

-¿Hay esperanza, entonces?
-El mayor reto que tiene que asumir el mundo en la actualidad es la sostenibilidad. Es un término muy gastado y se olvida a menudo su componente social. Un mundo en el que mil millones de personas viven bien y 5.500 millones malviven no es sostenible. Es así de sencillo.

  • 1